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Robles lamenta que Occidente se haya olvidado de Afganistán tres años después de la llegada al poder de los talibán

La ministra de Defensa, Margarita Robles, expresó ayer que «el mundo occidental y Europa se han olvidado de Afganistán» tres años después de que los talibán recuperaran el poder en el país asiático y que es un hecho que pone de relieve cuando asiste a las reuniones de la OTAN y de la UE.

Así lo manifestó Robles durante una visita a la Base Aérea de Zaragoza, donde recordó, en el tercer aniversario de la retirada de Afganistán, a los militares fallecidos en las dos décadas de presencia española en este país, en especial a los 62 que perdieron la vida en 2003 en el accidente del Yak42, a los que rindió un sencillo homenaje en la ciudad en la que estaban destinados buena parte de ellos.

Durante el homenaje, un acto íntimo sin presencia de familiares de las víctimas, se leyeron los nombres de los 62 militares fallecidos en el accidente, se depositaron flores en memoria de cada uno de ellos y finalizó con la ministra depositando un ramo sobre el monolito.

Margarita Robles tuvo después un especial recuerdo para elEscuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) y al Ala 31, con motivo del tercer aniversario de la evacuación del personal civil en Afganistán tras el retorno de los talibán al poder –«Operación Neo-Kabul»–, que se llevó a cabo entre el 17 y el 28 de agosto de 2021. En este sentido, aseguró que tiene un «sabor agridulce» después de dejar el territorio afgano donde murieron muchos militares españoles y de otros estados por que fuera «un país en paz» y en el que ahora se obliga a las mujeres «a casarse con 12 años» o las niñas no pueden ir a la escuela. En todo caso, la ministra quiso recordar la labor de mantenimiento de la paz desarrollada por las Fuerzas Armadas en Afganistán y agradecer al Ala 31 y la EADA su labor en la evacuación de civiles desde Kabul, en la que lograron salvar la vida a 1.901 afganos. «Es algo que no podremos olvidar nunca», dijo, tras lo que remarcó que fue una operación «complicada» y «arriesgada» para salvar a personas a las que no conocían poniendo en riesgo su propia vida. De hecho, la ministra recordó que, pocas horas después de que despegara el último avión desde la capital afgana, 13 marines norteamericanos murieron en un atentado terrorista. Destacó la convivencia entre militares y civiles en los aviones y la «profesionalidad, eficacia, riesgo, generosidad» que hace que el Ejército del Aire y del Espacio «sea tan grande», también demostrada en una operación similar en Sudán o en el lanzamiento de más de 22 toneladas de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza en marzo.

Por este motivo, Robles confesó que «la foto más grande» que tiene en su despacho es de la EADA y del Ala 31, y añadió que, de vez en cuando, puede hablar con algunas de estas personas evacuadas y ha podido comprobar cómo, tres años después, algunos niños refugiados han aprendido ya el idioma y hoy visten camisetas del Real Madrid o el Barcelona, o cómo otra refugiada ha terminado una Formación Profesional en el área de la salud. «Que hayan salvado la vida se lo deben a ustedes», apostilló.

Antes, los responsables de ambas unidades explicaron a la ministra cómo se preparó y desarrolló la «Operación Neo-Kabul «en un contexto de seguridad física inestable y de seguridad aérea que «dejaba mucho que desear», indicó el jefe del Ala 31, el coronel José Ramón García Paniagua.

En total, fueron diez días, algunos de ellos incluso con dos vuelos diarios, en los que evacuaron a 1.901 personas hacia un puente aéreo en los Emiratos Árabes Unidos para su posterior traslado a España.

Se desplegaron un total de 50 personas y se realizaron 217 horas de vuelo porque, como ha afirmado el coronel, su "obsesión" era "sacar más gente".

En la operación participó un contingente de 171 militares, de los cuales 142 pertenecían al Ejército del Aire, 50 del ALA 31, que es la unidad de transporte aéreo estratégico y táctico, y 60 del EADA, cuya misión es apoyar en la defensa, despliegue y mantenimiento de las unidades aéreas proyectadas.

El coronel ha contado que no sabían cuántos días se iba a prolongar la operación y que las tripulaciones cada vez estaban más cansadas, con jornadas de hasta 8 horas de vuelo, por lo que tuvieron que introducir un tercer piloto.

Los aprendizajes sacados de la Operación Neo-Kabul los han aplicado en otras misiones y, además, sirvió como puesta de largo de los nuevos aviones A-400, que demostraron ser "muy capaces" y "con grandes posibilidades".

Por su parte, el jefe de escuadrón de la EADA, Humberto Briones, ha destacado, entre las capacidades de la unidad, las de defensa aérea de misiles, contra drones, que se está desarrollando, o contra explosivos improvisados que pueden tener carga radiológica o química.

La EADA, que acaba de cumplir 30 años, es una unidad con paracaidistas, con elevado grado de disponibilidad y de despliegue inmediato.

Han participado también en la desinfección de más de la mitad de las residencias aragonesas durante la crisis sanitaria de la covid-19, en la cumbre de la OTAN de Madrid en 2022, en la cumbre de la UE en Granada en 2023, en la confección de las cargas de ayuda humanitaria a Gaza y, en la actualidad, ejercen labores de seguridad en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París.

La ministra Robles ha participado de forma previa en un acto de homenaje a los 62 militares españoles que perdieron la vida en el accidente aéreo del avión Yak 42, que los trasladaba de vuelta desde Afganistán.

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