El BCE abre la puerta a bajar los tipos en su reunión de septiembre
El Banco Central Europeo (BCE) dejó abierta la puerta a una nueva bajada de tipos de interés en su reunión de julio. Las actas del encuentro publicadas hoy recogen que el eurobanco debatirá en septiembre una posible bajada en función de la evolución de los precios este verano, después de que en julio todos los miembros de su Consejo de Gobierno acordaran mantenerlos en el 4,25% porque la inflación «solo está bajando gradualmente».
Según reflejan las actas de la reunión del Consejo de Gobierno del 18 de julio, la reunión del 12 de septiembre «se consideró ampliamente como un buen momento para reevaluar el nivel de restricción de la política monetaria», lo que abre la puerta a una posible rebaja de tipos. No obstante, insisten en la necesidad de garantizar que la inflación vuelva a la meta del 2% y en que mantendrán los tipos «suficientemente restrictivos durante el tiempo que fuera necesario para lograr ese objetivo».
Para septiembre, el BCE ya dispondrá de los datos de inflación de julio y agosto, de información de las cuentas nacionales del segundo trimestre, incluida la remuneración por empleado, las ganancias y la productividad así como una actualización de los datos monetarios.
La evolución de los precios hasta julio llevó a los responsables de la política monetaria de la eurozona a una decisión «cautelosa», que estaba «particularmente justificada» por las incertidumbres sobre la evolución de los salarios, las ganancias, la productividad y la inflación de los servicios. Al respecto de los salarios, la mejora de los negociados en la zona euro alcanzó el 3,55% interanual en el segundo trimestre de 2024, lo que supone una desaceleración respecto del alza del 4,74% en los tres primeros meses de 2024. Un frenazo que, para los analistas, hace más probable un recorte de tipos en septiembre.
Prudencia
El Consejo de Gobierno, recogen las actas, «podía permitirse ser paciente y esperar a que hubiera más datos que confirmaran que la desinflación estaba efectivamente encaminada». Añade que un enfoque «cauteloso» también permitiría al Consejo responder siguiendo una trayectoria más gradual de reducción de las tasas de política monetaria si la inflación era más persistente de lo previsto.
Los miembros del Consejo destacaron entonces que las expectativas de inflación eran «más frágiles de lo habitual» aunque son conscientes de la necesidad de un «acto de equilibrio», para no dañar indebidamente la economía, manteniendo los tipos en un nivel restrictivo demasiado tiempo.
En la reunión, la representante alemana en el Comité Ejecutivo del BCE, Isabel Schnabel, señaló que desde el anterior encuentro, a principio de junio, los mercados financieros se habían movido en respuesta a noticias políticas, lo que había causado cierta volatilidad, así como a los datos de inflación de EE UU, que se revelaron más débiles de lo esperado.
Por otro lado, el anuncio de elecciones anticipadas en Francia retuvo el apetito por el riesgo de los inversores. Sin embargo, el consiguiente incremento de la volatilidad en algunos segmentos del mercado se mantuvo contenido y duró poco, de modo que no se registraron signos de estrés sistémico o fragmentación. De hecho, las primas de riesgo aumentaron sólo «modestamente» y el tipo de cambio del euro se recuperó «rápidamente». Además, las condiciones financieras de la eurozona se habían mantenido, en gran medida, sin cambios, y con unas condiciones de mercado favorables.
En este contexto, el apetito por el riesgo de los inversores en la zona euro se había recuperado «rápidamente» después de una caída de carácter temporal, y en los tiempos de la reunión se encontraba muy por encima de los niveles observados a principios de año.