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Cuidado con los imanes de la nevera: Podrían provocar estos fallos en tu frigorífico

Los 'souvenirs', la forma presuntuosa por la que se conocen los objetos de 'recuerdos' que se compran tanto por afán de acumulación como para demostrar que ha estado efectivamente en un lugar o traer un pequeño detalle a un ser querido, son ya uno de los pilares de la economía de turismo. Junto a la numismática o la filatelia, son uno de los grandes vicios de los pequeños coleccionistas: dedales, imanes para la nevera, pulseras... Hay de todas las formas y tamaños.

Existen desde los más sencillos y efectivos, como las cajas con postres típicos de la región hasta otros más extravagantes. ¿Por qué no comprar una réplica de espada templaria o una muralla de Ávila en 'miniatura' esculpida en tres kilos de granito? Algunos souvenirs pueden ser más aparatosos e incómodos, y no en todos los aeropuertos del mundo dejan circular con ellos.

Una apuesta segura, y que la mayoría de personas siempre agradece, son los imanes para la nevera. Pequeñas piezas cómodas y decorativas (aunque algunas puedan pecar de ostentosas) que ya son una tradición en muchos hogares españoles. Raro es el frigorífico en el que no hay al menos cuatro o cinco de estos recuerdos con forma de Torre Eiffel, London Eye o cartel de 'Estuve en Formentera y me acordé de mi abuela'.

En cuanto a utilidad, salvo los que tienen un abrebotellas pegado, siempre tendrán más uso unos calcetines por dibujos de paellas o jamones ibéricos, pero es que los imanes para la nevera de recuerdo son ya casi una institución en España. En los frigoríficos antiguos, se podían colocar cuarenta de éstos y no pasaba nada, pero con algunos modelos nuevos y más complicados, los imanes podrían llegar incluso a echar a perder por completo el electrodoméstico.

El peligro de colocar imanes en la puerta de la nevera

Las carcasas de las neveras, que hasta hace años estaban en su mayoría fabricadas en plástico, son el lugar perfecto para colocar tanto las notas con asuntos importantes a recordar como imagen de recuerdo de países que visitamos nosotros o un ser querido. Las antiguas eran casi todas compatibles, pero con el avance de las tecnologías, muchos frigoríficos o bien no están hechos de materiales a los que poder pegar un metal, o bien se pueden estropear si los colocamos.

Existe una leyenda urbana alrededor de estos imanes que asegura que colocar muchos sobre la puerta del frigorífico hará que éste gaste más energía. Por supuesto, no es más que un mito, ya que los campos magnéticos que son capaces de generar estos souvenir son prácticamente inapreciables. Sin embargo, aunque no hagan consumir más electricidad. sí pueden llegar a dañar algunas funciones del electrodoméstico.

En algunos modelos muy novedosos, que cuentan pon pantallas táctiles, dispensadores electrónicos de hielo o pequeños televisores, sí pueden causar estragos. Especialmente si se colocan en gran número, ya que por muy poca fuerza magnética que posean, los frágiles componentes electrónicos de estos complementos sí que podrían dañarse o presencial errores en su funcionamiento.

Todo, sin moderación, es malo, y más tratándose de la compleja y delicada domótica más moderna. Antes de comprar un nuevo frigorífico, si se quiere colmar de imanes de souvernir, es fundamental preguntar en la tienda en la que se haya adquirido o, en su defecto, atender bien al manual de instrucciones y riesgos de uso. Si se posee una nevera con muchas pantallas y controles externos, lo mejor es guardar estos imanes en otra parte para evitarse posibles problemas. Hoy en día están disponibles a la venta marcos expositores con paredes de metal ideales para colocar dentro y a salvo nuestros queridos 'recuerdos'.

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