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Carlos Vermut responde a las denuncias de agresión sexual: "Nunca he obligado a nadie en contra de su voluntad"

Carlos Vermut ha tardado en mover ficha, pero finalmente lo ha hecho. Tras el reportaje de "El País" en el que se le señalaba al cineasta por las denuncias de tres mujeres (una estudiante de cine, una empleada y una trabajadora del sector cultural) por violencia sexual. Nueve meses después de aquello, Vermut, a través de una nota del despacho de abogados Novalex, se defiende de las acusaciones.

Comienza "dejando claro" que "todas las relaciones sexuales y prácticas en las que he participado a lo largo de mi vida han sido siempre consentidas. Nunca he obligado a nadie a hacer algo en contra de su voluntad ni he utilizado mi posición laboral de manera coercitiva. Siempre he procurado, en cada una de mis relaciones sexuales y sentimentales, construir un ambiente de complicidad y confianza. Por ello, lamento sinceramente si algunas personas no encontraron en mí la persona con la que compartir plenamente sus sentimientos".

Y continúa: "Quiero dejar claro que siempre he estado y seguiré estando disponible para escuchar y dialogar con cualquier persona que desee resolver cualquier problema de manera cercana y personal. Actualmente, sigo atravesando un proceso de recuperación emocional y económica. He necesitado tiempo para asimilar la situación y encontrar la manera de explicármela a mí mismo antes de poder explicársela a los demás".

Tras esa propuesta de acercamiento "personal", Vermut señala que no hay ninguna causa abierta contra él por la que esconderse y considera el tiempo transcurrido como "fundamental para abordar el asunto con la calma y serenidad necesarias, permitiéndome desarrollar una respuesta legal y mediática sólida frente a las gravísimas acusaciones publicadas por 'El País'. Este tiempo también ha servido para evidenciar que, a pesar de la gravedad de las acusaciones publicadas por ese periódico, hasta la fecha no se ha formalizado ninguna denuncia ni se ha iniciado ninguna investigación en mi contra", firma.

 

No quita el dedo de la cabecera de Prisa y le recrimina el trato hacia su persona: "En relación con mis declaraciones al medio, quisiera aclarar que, cuando los periodistas se pusieron en contacto conmigo, la información que me proporcionaron fue anónima, parcial y carente de contexto. A pesar de esto, publicaron mis respuestas insinuando que estaba al tanto de todos los detalles y que respondía a testimonios completos, lo cual es completamente falso −explica−. Durante nuestras conversaciones, que se extendieron por más de media hora y a las que accedí de buena fe, negué de manera rotunda las acusaciones en mi contra, manteniendo siempre una actitud respetuosa y sin mostrar la arrogancia con la que luego fui retratado".

Para terminar, el director se muestra comprensivo con "la necesidad de cuestionar y erradicar comportamientos inaceptables, no solo en la industria del cine, sino en todos los ámbitos de la esfera pública y privada. Es evidente que las dinámicas han evolucionado, y es alentador que continúen transformándose para que podamos relacionarnos de una manera más sana". Sin embargo, considera que este cambio "no debe estar impulsado por el miedo a la cancelación o a ver carreras destruidas, sino que entiendo que debe surgir de un proceso honesto de reflexión y empatía. Hay aspectos de mi vida personal que valoro mucho más que el cine y que, ahora más que nunca, deseo proteger y cuidar. Asumo la posibilidad de tener que abandonar mi carrera si todas las puertas se cierran, pero si eso sucede, quiero hacerlo con la tranquilidad de haberme despedido con dignidad. Muchas gracias por vuestro tiempo", zanja.

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