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Atlético de Madrid - Real Madrid: Y al fondo, fútbol con empate a poco

Hay veces que lo que menos importa del fútbol es el mismo fútbol. Da igual que se enfrenten Real Madrid y Atlético con la oportunidad de recortar diferencias con el líder. Da igual que jueguen bien o mal, que haya más o menos oportunidades. Lo que condiciona todo es que un jugador al que odia gran parte de la afición local provoque una falta y dé un pase de gol. Y entonces, se acaba el fútbol y comienza el terror. Porque no deja de ser una forma de terrorismo que un partido de fútbol tenga que suspenderse, aunque sea un rato, porque desde la grada llueven mecheros.

En Vinicius comienza y termina todo lo que sucede en el derbi. Pero Vini se empeña en que sucedan cosas en el campo, más allá de los gritos del Frente y del lanzamiento de objetos que obligó a la suspensión temporal del partido.

Al brasileño le hicieron la falta que provocó primero la tarjeta de Le Normand y después del gol. Y suyo fue también el centro que acabó rematando Militao a la red. Un tanto que daba vida a un partido que nació insulso. Después de la derrota del Barcelona ante Osasuna a ninguno de los dos parecía disgustarle un empate. Y jugaron durante mucho tiempo como si hubieran firmado un pacto de no agresión. Aunque el Madrid llevaba algo más de peligro y Oblak tuvo que esforzarse para evitar los goles de Bellingham y de Valverde. A Courtois sólo le exigió Julián Álvarez. con un disparo sin demasiado ángulo que el belga despejó con las rodillas.

Simeone probó rarezas en el centro del campo, con Llorente como medio centro al lado de Gallagher. Para eso lo ficharon, pero nunca le convenció hasta que lo arrimó más al área. Ancelotti intentaba disimular la retirada de Kroos con Modric, que bajaba a poner orden en el juego, y trataba de ganar superioridad en el medio con Carvajal, que abandonaba el costado derecho en ataque para meterse en el medio. Como hacía Lahm en el Bayern de Guardiola o como ya ha probado Ancelotti alguna vez con Camavinga.

El Cholo renunciaba a su habitual defensa de cinco para juntar a Griezmann, Julián Álvarez y Sorloth por primera vez desde el comienzo. Todo para que el noruego fuera el primero en desfilar hacia el vestuario y el Cholo recurriera a Correa minutos después de la reanudación, cuando el Atlético tenía que busca el empate. Lo de siempre. Aunque no se olvidó de las rarezas en los cambios. En el derbi se vieron los primeros minutos de Javi Galán en la temporada.

Eso sucedía después de que el partido estuviera detenido un cuarto de hora. Vinicius encendió a la afición del Atlético y el Frente Atlético lo pagó con Courtois, el que le pillaba más cerca de su fondo. Cayeron objetos desde el fondo Sur y algún insulto de «rata» desde otras zonas de la grada para el exportero rojiblanco.

Después de la reanudación Vinicius se encendió. Quiso hacerlo todo y a punto estuvo de marcar el segundo, pero Oblak estuvo despierto para desviar a córner. Reclamó un penalti después y la reacción de Koke, el capitán del Atlético, que se encaró con él, no ayudó a calmar los ánimos.

Ancelotti, que es un pacifista, acabó cambiando a Vinicius para que entrara Endrick. Y el chaval, que es un inconsciente, a punto estuvo de marcar un gol parecido al que consiguió contra el Stuttgart en la primera pelota que tocó. Su disparo, raso y lejano, salió rozando el poste.

Pero quedaba tiempo para muchas cosas. Para que Courtois se quejara de un tirón en la ingle y tuviera que sacar de portería Valverde como antaño. Y, sobre todo, para que el de siempre arreglara el partido del Atlético. Correa empató con suspense después de que el árbitro viera fuera de juego en principio al recibir el pase de Javi Galán en su estreno en este curso. El fútbol es eso y no otra cosa.

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