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Peter Sagan, un corazón vigilado las 24 horas del día en el desierto

Peter Sagan ya sólo quiere divertirse. El eslovaco dejó el ciclismo de carretera para centrarse en su preparación para la prueba de mountain bike de los Juegos Olímpicos. Pero un problema cardiaco le complicó la vida y no pudo estar en París. Ahora se adentra en el desierto con la Titan Desert Almería. Cuatro etapas por los terrenos de Tabernas. La primera, el sábado; la última, el martes.

«No hay peligro de ataque al corazón, estoy bien», dice Sagan en la presentación de la carrera. «No tengo miedo», añade, a pesar de que tuvo que pasar por una cirugía en la que le implantaron un aparato –«un controlador», dice él– que monitoriza sus latidos 24 horas al día. Y así será durante año y medio.

Esa compañía protege su vida y le da tranquilidad. Mientras, él sólo pretende disfrutar de lo que ha hecho siempre, montar en bici. «Es una nueva experiencia, estoy feliz de estar aquí, aunque no estoy en la misma condición que cuando competía en el World Tour. Vengo a disfrutar, mi objetivo es terminar la carrera y pasar un buen rato», confiesa.

Y eso es lo que le pide Jesús García, el CEO de Titan World Series. «Es una carrera radicalmente distinta a lo que has vivido. Aquí conviven todos y tratamos con el mismo cariño al primero que al último. Puede que con un poco más al último porque le cuesta más trabajo, y queremos que disfruten todos», dice. «Para nosotros es un placer que participen ciclistas como él, polivalentes, con un gran currículum. Que se sientan atraídos por esta carrera nos llena de orgullo», añade. Y le da un consejo: «Que no te pese tu historial deportivo». Porque Sagan, además de haber ganado la París-Roubaix y el Tour de Flandes, es el único ciclista que ha ganado el Mundial en tres ocasiones de manera consecutiva y el único que se ha vestido en siete ocasiones en París con el maillot verde de la regularidad del Tour.

Sagan no llega a Almería para ganar. «Ese soy yo», bromea cuando Jesús García habla del cariño de la organización y del resto de participantes hacia el último. Un cariño que se simboliza en el gesto que tuvo Luis León Sánchez, ganador de la Titan en Marruecos, que entregó su maillot de vencedor al último corredor en entrar en meta.

El eslovaco siempre se ha sentido atraído por la bicicleta de montaña que practicó en sus comienzos y que ha retomado en sus últimas temporadas. Pero su preparación, después de su dolencia cardiaca, no es la que había previsto. «Tengo mucha experiencia. La técnica no es problema. Otra cosa es la distancia», admite.

Otro motivo de felicidad es reencontrarse con «amigos de la época del World Tour». Ciclistas como Luisle y como Luis Ángel Maté, los dos grandes favoritos para ganar la carrera. «Para mí es todo nuevo», reconoce el murciano. «Hasta el año pasado no había hecho mountain bike», explica. Y prácticamente se bajó de la bici de carretera para subirse a la MTB unas semanas después en Almería. Ahora ya se divierte. «Es una disciplina nueva y la disfruto mucho más», asegura. Cuando monta en bici ya prefiere la de montaña a la de carretera. Son rutas nuevas, diferentes a las que recorría para entrenar. Ahora su planteamiento es otro. Disfrutar. Aunque llega a Almería para ganar sin tener que atravesar las dunas que tanto le costaban en Marruecos. «Las hacía a pie», confiesa.

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