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El Gobierno se revuelve contra el «giro social» del PP

El Gobierno tiene un suelo electoral rocoso. Una masa de votantes que puede fluctuar, entre el PSOE y Sumar, en función de lo convincente que sea la llamada al «voto útil» por parte de Pedro Sánchez, pero que, en esencia, ha creado un muro hasta ahora infranqueable, cimentado en las políticas y los derechos sociales. El PP lo ha entendido y, más allá del encendido discurso territorial –para dar la batalla contra la amnistía o la financiación autonómica a medida para Cataluña– sabe que donde verdaderamente puede asestar la estocada final al Ejecutivo es en este flanco. Es en este electorado donde están los votos que le faltan para apuntalar el vuelco.

En Moncloa también lo saben. Son plenamente conscientes de que, si Alberto Núñez Feijóo no es presidente hoy, pese a ganar las elecciones el 23J, es porque la «alerta antifascista» que desplegaron contra su alianza con Vox volvió a surtir efecto. Sobre todo, entre el colectivo LGTBiQ+ y las mujeres, que percibieron un riesgo real de retroceso en derechos si los de Santiago Abascal tenían cierta influencia en la agenda. En este punto, el «giro social» del PP se ha visto con más temor que escepticismo por parte del PSOE. Los socialistas se revuelven- derechos sociales- que hasta ahora habían explotado en exclusividad y que consideraban patrimonio de la izquierda.

Esto, pese a que algunas de las iniciativas que ha presentado el PP sean calcadas a las suyas, como el aumento de los permisos de maternidad y paternidad de las 16 a las 20 semanas. En este punto, desde el Gobierno se critica la «falta de credibilidad» del PP y se avanza que no se apoyará ninguna de estas medidas, pese a que la esencia sea compartida. El partidismo pesa más que el avance social. «No vamos a contribuir a este lavado de cara que quieren hacerse», apuntan fuentes socialistas, invitando a apoyar las propuestas que, en este sentido, eleve el Ejecutivo. El grueso de este tipo de medidas, el Gobierno las reserva para la aprobación de los Presupuestos –en los que no contará con el voto favorable del PP–. Entre ella, la retribución de cuatro de las ocho semanas por cuidado del menor, que el Ejecutivo todavía tiene pendiente aprobar con la consiguiente multa que Europa ya ha impuesto por el incumplimiento.

Si bien en la parte socialista del Gobierno, el PP solo ha encontrado reproches, en el ala minoritaria cuenta con aceptación la nueva senda que exploran los populares. Sumar todavía muestra síntomas de máxima debilidad al no conseguir la unidad en su espacio y en medio de su proceso de reconfiguración tras la «dimisión» de Yolanda Díaz, que el PP abrace algunas de las banderas más sociales y que las saque a la palestra es una suerte de alineación de los astros para ellos. Es por eso que Sumar, al contrario que el Gobierno, no saldrá a replicar a Feijóo. «No hay que salir a golpearlos con esto, sino a confrontar modelos», advierten desde el partido, donde han ordenado ya esta estrategia.

En el partido reconocen que ese «giro social» de Feijóo les abre una oportunidad para debatir y mostrarse fuertes después de un inicio de la legislatura en la que el protagonismo tan solo lo tenía Sánchez y Junts por la aprobación de la Ley de la Amnistía. «La agenda ahora nos favorece», explica una fuente del partido. «Estamos comodísimos», explican con el marco actual, en medio del debate sobre la jornada laboral y la aplicación de la Ley de Vivienda, dos asuntos en los que el PP ha presentado iniciativas la pasada semana.

De hecho, en la Ejecutiva de Sumar del pasado lunes, el partido «celebró» la propuesta de conciliación del PP porque les permite «que el debate» gire entorno a medidas que Sumar ha defendido y que ahora mismo están en proceso de negociación con los sindicatos y la patronal. «El PP baila al ritmo de nuestra música. Todavía no se sabe bien los pasos, pero es una magnífica noticia que los populares entren a hacer propuestas en este terreno aunque las aborden desde modelos contrapuestos a los de Sumar», celebró esta semana el portavoz en el Congreso, Íñigo Errejón. Aun así, en el partido no se fían de este «giro» popular . La propia Díaz retó a Feijóo a «demostrarlo cumpliendo» con la Ley de Vivienda en las comunidades en las que gobierna el PP. Otra cuestión con la que Sumar busca diferenciarse en Moncloa en medio del clamor social ante la subida de los precios del alquiler. En el partido fucsia advierten de que esta problemática puede «cargarse al Gobierno» y por ello han situado en el foco a la ministra de Vivienda a la que acusan de «inacción». Este sábado secundarán la manifestación por la Vivienda.

En el partido creen que han empezado el curso «más ordenados» que antes del verano y con iniciativas de su lado. Y es que el primer semestre del año con el calendario electoral, acabó comiéndose cualquier propuesta legislativa y su propia debacle les acabó por sentenciar.

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