Israel despliega una cuarta división en el sur de Líbano
En la tensa espera del ataque de Israel –la pregunta es solo cuándo se producirá–, Irán advirtió este martes de que cualquier ataque contra su infraestructura tendrá una respuesta «más firme» que la lanzada la semana pasada, cuando Teherán disparó alrededor de 180 misiles balísticos contra territorio israelí. «Cualquier ataque contra instalaciones de infraestructura tendrá una respuesta más firme, y ya han experimentado la precisión y potencia de nuestros misiles», aseveraba el ministro de Exteriores de Irán, Abás Araqchi, según recogía la agencia iraní de noticias Tasnim. «Recomendamos al régimen sionista que no ponga a prueba la voluntad de Irán. Si hay un ataque, nuestra respuesta será más poderosa que en el pasado», aseguró el canciller de la República Islámica. A su juicio, las autoridades iraníes «analizan cuidadosamente cada movimiento» de Israel y «no dudarán a la hora de responder».
Además, el ministro de Exteriores iraní afirmó que el ataque de la semana pasada es una muestra de que Irán está decidido a «responder firmemente a cualquier amenaza». Araqchi también insistió en que el régimen mantendrá su apoyo a los grupos de «resistencia» aliados en Oriente Medio. El jefe de la diplomacia iraní visitará Arabia Saudí, el gran rival geopolítico de la República Islámica por la hegemonía regional, y otros países de Oriente Medio esta semana con vistas a «poner fin a los crímenes» de Israel en Gaza y Líbano, según medios oficiales iraníes.
Y si en forma y fondo desde Teherán el mensaje era el mismo de las últimas jornadas, desde Líbano, Hizbulá rompía su silencio –la organización proiraní ha sido descabezada– con un tono más moderado. Poco más de una semana después de su primera intervención pública, el subsecretario general de la milicia chií, Naim Kassem, aseguraba que la prioridad de Hizbulá en estos momentos no es otra que la tregua. «Lo importante es alcanzar un alto el fuego. Ante ello, ninguna otra discusión tiene lugar para nosotros», zanjaba.
Por otra parte, a juicio del subsecretario general del Partido de Dios y milicia chií, la operación terrestre militar de Israel está siendo «un fracaso». Pero, a diferencia de otras ocasiones, Kassem no vinculó en su alocución el alto el fuego en Líbano con el fin de las hostilidades en la Franja de Gaza entre Israel y Hamás. Según el medio libanés L’Orient-Le Jour, ello «confirma el paso atrás de Hizbulá, implícitamente expresado por diputados de su partido que hasta ahora habían rechazado disociar los dos frentes».
La mano tendida del líder de Hizbulá coincide con la información difundida por la CNN de que Washington ha suspendido por ahora las negociaciones para el cese de las hostilidades entre Israel y la más poderosa de las milicias proiraníes en Oriente Medio.
Mientras tanto, ajenas a cualquier debate sobre el alto el fuego, las Fuerzas de Defensa de Israel prosiguen en las últimas horas ampliando la operación terrestre en el suroeste de Líbano. Los mandos militares israelíes anunciaron que una cuarta división de su Ejército –concretamente la Acorazada 146– se ha unido ya a las otras cuatro que se baten contra Hizbulá sobre el terreno. De la misma forma, la aviación del Estado judío volvió a bombardear infraestructura de Hizbulá en distintos puntos del sur de Líbano.
Una de las imágenes de más simbolismo de la jornada del martes fue la instantánea difundida por el Ejército hebreo de un grupo de soldados israelíes plantando la bandera de su país en la localidad libanesa de Marún el Ras, situada junto a la «línea azul» que divide a ambos Estados. También en la jornada del martes, el mando militar israelí aseguraba haber asesinado al responsable de la red logística de Hizbulá, Suheil Husein Husein, en un reciente bombardeo sobre el sur de Beirut. Por último, desde las FDI se hacía público el descubrimiento de un túnel recientemente excavado por Hizbulá que atraviesa la frontera y penetra hasta diez metros en territorio israelí aunque sin salida en este extremo.
Asimismo, un día más la aviación israelí volvió a bombardear el Dahiyeh, feudo de la organización proiraní al sur de Beirut, a fin de destruir infraestructura o armamento de la rama militar de Hizbulá. El ministro de Transportes libanés, Ali Hamiyé, revelaba no haber obtenido más que «compromisos», pero «ninguna garantía» en firme de que Israel no bombardeará el aeropuerto internacional de Beirut, por el momento operativo para aquellos que desean abandonar el país.