Gloria Gaynor: "Odio que me llamen diva. Esa palabra no me representa"
Demasiadas veces se utiliza a la ligera la palabra «himno» para referirse a una canción más o menos exitosa de un artista. Puntualicemos: que un tema suene grandilocuente, coreable, remotamente político e incluso que aglutine a individuos en las antípodas es un milagro del pop, pero eso no convierte a una canción en un himno. Un himno es, por ejemplo, «I Will Survive», un tema que, desde 1978, se ha convertido en bandera feminista y de la lucha colectiva de lo que hoy se llama colectivo LGTBI pero que siempre ha sido la libertad de amar a quien cada cual considere oportuno. A sus 81 años, Gloria Gaynor no se cansa de cantar y de hablar de una canción de esas que se describen como «más grandes que la vida». Por supuesto, el tema no faltará en el repertorio de su actuación en el WiZink Center de este sábado, 12 de octubre.
No en vano, Gaynor reconoce que ha tenido ya suficiente éxito «como para no tener ni un día más en la vida». Según la artista de Nueva Jersey, abrirse paso en la vida profesional fue siempre una lucha contra el entorno. «Me crie en una familia con otros cinco hermanos –y una hermana– que tenían un grupo vocal en el que no me permitían participar. No es que me rechazasen, es que yo no contaba, como mujer. Esa necesidad de desafiar a mis hermanos y de probarles que era buena me sirvió como un desafío. La competencia me impulsó», dice a este periódico por videoconferencia. La situación se mantuvo cuando accedió a la industria musical: «Tuve que decir que no muchas veces a personas que no me ayudaban a ir en la dirección que quería. Sencillamente los despedí», dice con aplomo. El estrellato le llegó de una forma tan inesperada como era su caída en desgracia. «Por una parte fue maravilloso, porque mi objetivo siempre fue inspirar, emocionar, hacer sentir bien a la gente consigo misma. Y sé con certeza que eso lo he logrado porque a mí se acercan constantemente personas para decirme lo que mis canciones han significado para ellas. Que les han dado fuerza, inspiración, valentía. Y eso es lo único que he perseguido en la vida», dice Gaynor, pero, apenas dos o tres años después de su mayor éxito, todo el paquete que lo sustentaba (estético y ético) pasaba de moda. Sin embargo, como todo vuelve, en los 90 la canción alcanzó la categoría de cántico universal liberador.
Su misión en el mundo
Por eso Gaynor rechaza el calificativo de «diva» con que habitualmente se alude a ella. «No me gusta, la odio, pienso que esa palabra no me representa. Creo que es un término con connotaciones negativas que implica ejercer el poder sobre otros y yo nunca me he sentido así. Al contrario, yo creo que mi música está al servicio de la gente que la escucha, que sirve para ayudar y elevar. Si me preguntas, prefiero la denominación de artista, de alguien que toma algo y lo transforma en algo mejor. Creo que es lo que he hecho siempre», explica Gaynor, que no se cansa nunca de cantar su himno: «‘‘I Will Survive’’ es la razón por la que he podido completar mi misión en el mundo, mi verdadero propósito desde que empecé con esto: darle algo al público que se quede con ellos mucho más tiempo de lo que dura el concierto. Algo que perdure». No está escrito en piedra, pero durará para siempre.
Los problemas de América
Gloria Gaynor tiene decidido su voto en las próximas elecciones presidenciales estadounidenses, pero no revela si el destinatario de su apoyo será Trumpo o Harris: «Estoy muy triste por lo que pasa. Es demasiado fácil ahora enfadarse y enfrentarse. Hay desunión y, peor, habiendo recursos para todos, es ridículo que no se busquen soluciones para el bienestar de todos. No entiendo a quienes acumulan toneladas de dinero y no hacen nada por los demás. ¿De qué les sirve tanto? ¿Para qué lo quieren? Votaré pensando en lo mejor para la nación».