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El fuego contra la misión de la ONU en Líbano eleva el tono de la repulsa internacional a Israel

La ofensiva israelí contra Hizbulá en el sur de Líbano y Hamás en Gaza sigue acumulando nuevos frentes con el paso de los días. Al bélico, con operaciones terrestres y aéreas en el sur del país levantino y en la Franja palestina, se suma ahora uno diplomático toda vez que arrecian las críticas contra Tel Aviv a raíz de los “repetidos” ataques de las FDI contra posiciones la Fuerza Provisional de Naciones Unidas para Líbano (FINUL) en Naqura, al sur del país.

Por segunda vez en 48 horas, el fuego israelí alcanzó el cuartel general de la misión de la ONU que lidera desde febrero de 2022 el general de división español Aroldo Lázaro y en la que participan además un total de 669 soldados españoles. En ambos incidentes -que suceden a otros episodios similares registrados en las vísperas y a la “orden” del Ejército israelí a la fuerza de Naciones Unidas de marcharse- un total de cuatro soldados resultaron heridos leves. Si ayer eran dos militares de Sri Lanka heridos, en la víspera habían sido otros dos soldados de nacionalidad indonesia tras el fuego de las FDI contra una torre de vigilancia de la misión.

La agresión al cuartel general de la misión establecida inicialmente por la ONU en 1978, en plena guerra civil libanesa, ha provocado un importante número de críticas de parte de la comunidad internacional, incluidos socios y aliados de Tel Aviv en Europa. Uno de los países más duros ha sido Italia, cuyo ministro de Defensa, Guido Crosetto, hablaba de “crimen de guerra” y preguntaba a sus “colegas israelíes” si la fuerza de la ONU debería responder la próxima vez que vuelva a ser atacada. El Ministerio de Exteriores francés llamaba esta tarde a consultas al embajador israelí en París. España, a través del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pedía ayer a la comunidad internacional dejar de suministrar armas a Israel a fin de “contribuir de una forma u otra a la escalada” en Oriente Medio. Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, calificó lo ocurrido en Naqura de “violación del derecho internacional humanitario” y de hecho “intolerable”.

En la noche del jueves, la aviación israelí volvió a golpear el sur de Beirut en busca de destruir más infraestructura de Hizbulá y eliminar a nuevos mandos. En una de las operaciones más duras y letales, Tel Aviv acabó con la vida de 22 personas y dejó casi un centenar de heridos, según datos del Ministerio libanés de Sanidad libanés, al bombardear varios inmuebles situados en los barrios de Basta y de Ras el-Nabaa, muy cerca de la histórica línea verde que partió Beirut en dos durante la guerra civil (1975-1990). Al cierre de esta edición se todo apuntaba a que los bombardeos israelíes no acabaron con la vida del aparente objetivo principal del ataque: Wafik Safa, negociador en nombre del asesinado Hasán Nasrala de la milicia proiraní.

Además, esta tarde el Ejército libanés informaba de que dos de sus soldados murieron y tres resultaron heridos -las fuerzas armadas del país levantino han permanecido ajenas al conflicto entre Tel Aviv y la milicia proiraní- por fuego israelí en el sur del país.

A pesar de los golpes sufridos en las últimas tres semanas, la milicia chiita volvió a lanzar decenas de cohetes -hasta 70 desde la mañana y hasta la tarde- contra el norte de Israel. Con todo, según el primer ministro saliente del Líbano, Mikati -que pedía a Naciones Unidas “un alto el fuego inmediato”- Hizbulá está “totalmente” a favor del cumplimiento de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU (11 de agosto de 2006), que exige que no haya más presencia militar que la del Ejército libanés entre la línea azul y el río Litani, algo que la milicia del partido chiita -e Israel, con sus habituales incursiones aéreas y bombardeos y ahora operaciones terrestres- ha incumplido durante los últimos 18 años de manera sistemática.

Según hicieron ayer público las autoridades israelíes, un soldado murió ayer en combates contra Hamás en Gaza. Las autoridades sanitarias de la Franja, en manos de la organización islamista palestina, elevaban hasta los 42.126 el número de muertos desde el 8 de octubre de 2023.

Entretanto, con el foco en el sur de Líbano y en Gaza, Hizbulá tendiendo la mano para una tregua y los rumores de que el régimen presidido por Bachar el Asad en Siria podría ser el siguiente de la lista en ser golpeado, la región aguarda el ataque -la única incógnita para las Inteligencias occidentales no es si se producirá sino cuándo- israelí a Irán en respuesta al lanzamiento desde suelo persa de casi 200 misiles balísticos contra territorio israelí en la noche del 1 de octubre.

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