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El Círculo de Bellas Artes se llena de animales mutantes para combatir el mundo moderno y no extinguirse

Las dos docenas de esculturas que componen la exposición 'Especies mensajeras' son "un mensaje contundente" sobre la falta de salud medioambiental y la consiguiente extinción "en un futuro cercano" de multitud de especies, según ha explicado su creador, el artista gerundense Álvaro Soler-Arpa en entrevista con EFE.

La muestra, recién inaugurada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y que podrá visitarse hasta el 26 de enero del año próximo, "habla del sufrimiento y resiliencia de cientos de especies animales, cuya evolución puede verse modificada en un futuro cercano para adaptarse a un medio cada vez más tóxico" y evitar así su extinción, un desenlace al que según algunos informes de la ONU podrían estar abocadas al menos un millón de especies en los próximos decenios.

Este escenario es factible para Soler-Arpa, teniendo en cuenta hechos como que "en primavera no hay ya la cantidad de mariposas de las que disfrutaron nuestros padres y abuelos; eso es un mensaje", que a su juicio debería llamar a la condena de la deforestación, la contaminación y la emisión de gases de efecto invernadero.

Para llamar la atención sobre estos problemas ha creado una serie de "animales mutantes convertidos en victimas ficticias de los efectos de la contaminación ambiental y lo patético y nocivo del consumismo": desde reptiles peludos hasta lagartijas bicéfalas o elefantes con plumas, construidos con residuos plásticos o metálicos y huesos reales de animales.

La muestra "es el resultado de 15 años de trabajo" desarrollados a partir de una “curiosidad artística por la anatomía” y una ”necesidad de ponerla al servicio de un arte ecologista” para trasladar a las sociedad "un mensaje más potente y completo”.

Soler-Arpa comenzó su andadura como "artista de reciclaje" comprometiéndose a temprana edad gracias a la influencia de su madre, "una ferviente amante de la Naturaleza" y a las experiencias silvestres de su infancia a las afueras de Girona.

Se considera como uno de los exponentes de "un arte llamativo que nació de la reivindicación climática durante los años sesenta" y que hoy despliegan artistas de talla internacional como la neoyorquina Diane Burko o el escocés Andy Goldsworthy: "Quiero pensar que el arte tiene un papel y que sirve para hacer reflexionar", argumenta, ya que "si mi obra tiene una estrategia detrás es la de generar esa reflexión sobre un materialismo que nos vacía por dentro, obligándonos a vivir de espaldas al entorno natural", añade.

Un desenlace sea positivo

Además de la crítica al materialismo, el escultor carga contra "el consumismo derivado del modelo de sobreproducción actual" y reflejado en datos como los recogidos en el Día de la sobrecapacidad de la Tierra, la fecha facilitada regularmente por la ONG Global Footprint Network que calcula la jornada en la que los humanos han consumido todos los recursos que el planeta es capaz de generar durante un año: en 2024, ese día fue el pasado 1 de agosto.

No obstante, el artista confía en que el ser humano podrá enderezar el rumbo porque "cuenta con las herramientas para que el desenlace sea positivo" y espera que su trabajo también contribuya a ello.

'Especies mensajeras' incluye cuatro colecciones: 'Evolución tóxica' y 'Esculturas del Fin del Mundo', que componen "un diálogo entre evolución y extinción"; 'Diseño Metástasis', elaborado a partir de trofeos de caza; y 'Naturaleza devastada', una serie de dibujos que retratan la destrucción de la biodiversidad.

Soler-Arpa se ha mostrado satisfecho por su "primera inauguración a este nivel en Madrid", ya que además cuenta con el apoyo de las organizaciones ecologistas Greenpeace y Plastic Pollution Coalition, si bien esta misma exposición se presentó en Berlín el año pasado.

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