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La brecha de género puede decidir las elecciones presidenciales en Estados Unidos

Estados Unidos es un país vanguardista en muchos aspectos, menos en lo que se refiere a política, aquí la tradición manda. Por eso, con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, muchos expertos ya están nombrando en voz alta a una cuestión que lleva semanas susurrando el electorado norteamericano: ¿está la nación preparada para ser liderada por una mujer por primera vez en su historia? Las encuestas apuntan a un claro «cada oveja con su género», y mientras Kamala Harris lidera entre las mujeres votantes gracias a su defensa del aborto, los hombres siguen viendo en Donald Trump la retórica masculina que según ellos el país necesita.

En una encuesta nacional de The Wall Street Journal, los resultados muestran que, en las elecciones del 2020, el republicano tenía [[LINK:INTERNO|||Article|||65ac1a20da0db0e487cbff85|||una «ventaja de 5 puntos»]] entre los hombres que ahora «se ha ampliado a 10». Mientras que «la ventaja de 12 puntos que el presidente Biden tenía entre las mujeres en el 2024, se ha convertido en una ventaja de 13 puntos para Harris».

La vicepresidenta pocas veces hace referencia al hecho de ser mujer, pero claramente su campaña lo tiene muy presente, tanto que, en un anuncio de televisión lanzado la semana pasada, el actor Ed O’Neill pone el tema sobre la mesa directamente: «Sé hombre, vota por una mujer». El propio expresidente Barack Obama, amigo de la candidata desde hace 20 años, reconoció en un mitin de campaña el pasado jueves que [[LINK:INTERNO|||Article|||6708e5b512d7b0e40251db6f|||«algunos no están entusiasmados con la idea de tener una mujer como presidenta»]], y para contrarrestarlo el candidato vicepresidencial del partido, Tim Walz, ha impulsado el grupo ‘Hombres con Harris’, en un intento de animar a los votantes a apoyar a su candidata.

Además, esta semana, Harris ha presentado una «agenda de oportunidades» destinada específicamente a hombres negros, porque asegura que «los hombres negros no son diferentes de los demás. Esperan que te ganas su voto». Su propuesta incluye 1 millón de préstamos para pequeñas empresas con hasta 20.000 dólares de condonación, programas de capacitación, legalización de la marihuana para que ellos sean quienes se beneficien de su potencial comercial, así como abordar problemas de salud que están afectando desproporcionadamente a este sector de la población.

«Es triste, pero creo que ella necesita validadores externos», dijo en una entrevista Debbie Walsh, directora del Centro para Mujeres Estadounidenses en la Universidad Rutgers. Una estrategia de la que no está haciendo uso su rival republicano, que enfrenta el mismo desafío, pero con el bando contrario. A las mujeres no les gusta Trump, ni su machismo, ni sus mensajes poco claros sobre el aborto, tema clave para el electorado femenino. Según una encuesta de The Wall Street Journal realizada en los siete estados bisagra, «el 27% de las mujeres» aseguraron que el aborto es su motivación para votar a uno u otro candidato.

El exmandatario, por su parte, tiene una gran acogida entre los hombres blancos, hispanos, negros, y muy en especial entre los jóvenes, grupo fundamental en estos comicios. Sin embargo, pocos esfuerzos están haciendo desde su campaña para captar el voto femenino. El candidato todavía no ha dejado clara su opinión sobre los derechos reproductivos, y sigue cambiando de parecer en función de quién le pregunta sobre el tema. Sus últimos intentos de acercarse a las mujeres tampoco han sido muy acertados. «Seré vuestro protector», dijo en un mitin reciente, una afirmación que desató el efecto contrario en muchas mujeres que aseguraron poder defenderse solas, y que ellas solo querían un presidente que «tomara las mejores decisiones para el país».

No ayuda su historial de comentarios despectivos hacia el sexo femenino o que en el 2023 un jurado federal le declarara culpable de abusar sexualmente y difamar a la escritora E. Jean Carroll hace 30 años en unos grandes almacenes de Manhattan.

No parece que Trump cuente en su partido con una compañera de fórmula que le ayude a contrarrestar estos desaciertos, y su esposa Melania Trump no quiere entrar en campaña, además de que nunca llegó a conectar del todo con el público femenino. Un electorado que, sin embargo, sí se sintió muy ligado a Hillary Clinton en el 2016, cuando la candidata demócrata perdió las elecciones y les prometió que «no hemos quebrado el techo de cristal, pero alguna vez alguna lo hará y ojalá antes de lo que podamos imaginar».

Esa nueva oportunidad llega ahora, de la mano de Kamala Harris, una mujer negra, de orígenes humildes y familia trabajadora que el domingo cumplirá 60 años en la cima de su carrera política. Para ganar las elecciones será muy importante que no pierda su esencia de mujer, algo que generó un «efecto búmeran» en Clinton, a la que se le criticó por su frialdad y poca empatía.

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