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Usar estas 10 palabras refleja una "menor inteligencia", según Chat GPT

A pesar de que estemos en pleno apogeo de la IA (Inteligencia Artificial), mucha gente por el momento solo se cree la mitad del concepto y, a pesar de que ya tiene muchas aplicaciones útiles, todavía se resisten un poco a ella. Artificial desde luego que es, e inteligente parece que también, pues es capaz de generar textos y resolver muchas tareas complejas a una velocidad infinitamente mayor que la mayoría de los humanos.

Muchas personas critican esta clase de tecnologías porque creen que en vez de ahorrarnos tiempo y dinero, acabarán por provocar que dependamos tanto de ellas que ya no sepamos actuar en ciertos ámbitos por nosotros mismos. Aunque es una idea coherente, está muy alejada de la realidad. Es cierto que es necesario aprender a realizar tareas uno mismo, especialmente los niños, pero una vez que se comprenden los mecanismos de funcionamiento, no aprovecharse de una potencia así sería contraproducente.

La Inteligencia Artificial ha llegado para quedarse, y cada vez está más presente en diferentes ámbitos de la producción y la vida cotidiana. En su época, los telares automáticos también fueron criticados argumentando que destruirían miles de trabajos y, con el tiempo, podemos ver cómo lo que consiguieron fue crear empleos de mayor calidad y abaratar los costes de las prendas, haciéndolas más accesibles.

La IA ha alcanzado un punto de desarrollo tal que es capaz de elaborar largos textos perfectamente escritos ocupando la milésima parte de tiempo que le tomaría a una persona, y sin (casi) fallos gramaticales. Hay quien la puede criticar mucho, pero lo cierto es que la IA también puede tener algo que decir acerca de nuestra forma de expresarnos, que puede no ser la más correcta.

Las 10 palabras que reflejan una "menor inteligencia", según Chat GPT

Por muy 'objetivas' que sean las diferentes herramientas de la IA, dan siempre respuestas en bases a parámetros objetivos, y cuesta mucho sacarles una opinión 'personal'. Pero si se les insiste lo suficiente y se sigue cuestionando, al final se puede obtener de ellas una valoración. Y, sí, de manera imparcial la IA ha sido capaz de detectar algunos de los fallos más comunes que cometemos al hablar o escribir y que dan cuenta de una capacidad comunicativa menos desarrollada.

Tras preguntarle a Chat GPT sobre '¿Cuáles son las palabras que utilizan las personas menos inteligentes?', esta arrojó algunas respuestas de lo más interesantes.

1. Muletillas excesivas

Su uso solo refleja una falta de organización o una inseguridad al hablar. Si se repiten demasiado, la claridad del mensaje que se quiere transmitir acaba empeorando. Curiosamente, algunas muletillas van variando según la generación o la edad: "eh...", "o sea" o "en plan" son algunas de las más comunes. Ante una situación en la que no se sabe cómo continuar la conversación, lo mejor es guardar un par de segundos de silencio y luego continuar, para no hacer ver a los demás que existe una inseguridad.

2. Generalizaciones extremas

Según Chat GPT, quien utiliza expresiones tan categóricas como "siempre", "nunca", "todo el mundo", etc. tiende a simplificar demasiado la realidad, no siendo capaz de profundizar en su pensamiento. En la capacidad para matizar y admitir ciertas correcciones a las ideas propias reside una de las claves del pensamiento crítico.

3. Opiniones sin fundamento

Recurrir a argumentos como "porque sí", "porque lo digo yo" o "eso es mentira y punto" da cuenta de una ausencia total de autocrítica y de falta de cuestionamiento de las ideas. Es muy común verlo, por ejemplo, en tertulianos de debates políticos televisivos, que cuando no saben responder a un argumento recurren al "eso es mentira" sin miramientos.

4. Lenguaje ofensivo o vulgar

Aunque no siempre es así, en la mayoría de contextos se deben evitar las palabras despectivas o los insultos, ya que dan la impresión de que se utilizan para expresar la rabia contra un argumento que no se sabe cómo rebatir, en lugar de una contestación respetuosa y más articulada. Las expresiones vulgares solo desmontan a quien las pronuncia.

5. Desconocimiento de términos básicos o abuso de palabras “difíciles”

La gente más inteligente no es la que siempre utiliza un complejísimo vocabulario, sino la que sabe adaptar su lenguaje a múltiples contextos y situaciones. Las personas menos capaces, cuando quieren 'dárselas de listos', acaban resultando algo pedantes y antinaturales. Más aún si se cae en el error de utilizar un sinónimo más complejo que resulta inexacto. "Te quiero con insania" (y no con 'locura') es una frase que no conquista a nadie.

6. Frases hechas y clichés

Hay cierta clase de expresiones o frases hechas que dan la impresión de pasividad, conformismo y falta de esfuerzo por tratar de comprender una realidad compleja. Algunos ejemplos son: "las cosas pasan por algo", "es lo que hay", "a veces se gana, a veces se pierde"... En algunos contextos o conversaciones son perfectamente válidos, pero no conviene abusar de ellas.

7. Redundancia y repeticiones

Utilizar las mismas palabras varias veces seguidas o dentro de una misma frase puede ser sinónimo de desorganización al hablar o falta de capacidad por aportar nuevas ideas. Ejemplo: "Te juro que es muy, muy, muy buen chico, muy bueno". También puede ser interpretado como una exageración innecesaria que trata de ocultar la realidad contraria.

El cómico malagueño Dani Rovira lo explicaba magistralmente en un monólogo. Afirmaba que cuando un vendedor en el mercadillo asegura que un bolso es de "cuero, cuero", podemos fiarnos de él. En cambio, si utiliza la expresión "cuero, cuero, cuero", tengamos por seguro que se trata de una estafa.

8. Lenguaje absolutista o polarizado

En la misma línea que el punto número 2, Chat GPT expresaba que frases como "conmigo o contra mí" o "es blanco o negro" limitan la capacidad de ver matices y, por lo tanto, de pensar desde múltiples perspectivas. Esto se ve mucho en las corrientes de la 'Teoría Crítica' posmoderna, que tratan de encajar todo en una narrativa en la que nada más que existen las "luchas del bien contra el mal" o de los "oprimidos contra los opresores".

9. Afirmaciones inflexibles o dogmáticas

No aceptar puntos de vista contrarios o alternativos a los propios se suele considerar como un rasgo de rigidez mental. El extremismo y la intransigencia hacen más daño a quien los practica que al resto, ya que esa es la única persona que no quiere aceptar otras formas de pensar. Ejemplos: "sé que tengo razón", "esto es así, no hay más que hablar", etc.

10. Frases anti-intelectuales o de rechazo a la educación

La mayoría de expresiones que tratan de denigrar el conocimiento, la lectura, o el aprendizaje también pueden dar la impresión de desinterés en el desarrollo intelectual. Ejemplos: "para qué leer, si eso es una pérdida de tiempo" o "si quiero saber dónde está Cancún ya lo buscaré en Google".

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