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Seis de cada diez enfermeras quiere dejar el trabajo

El Consejo General de Enfermería (CGE) denunció esta mañana cómo la carga asistencial que sufren las enfermeras y enfermeros de España en su día a día desde hace años es insostenible y más del 95% de los profesionales considera que tiene un volumen de trabajo alto o excesivo y un 88,3% reconoce que esta presión en el trabajo les ha afectado psicológicamente mucho o bastante. Así se desprende de las cifras extraídas de una macroencuesta realizada por la institución que representa a las más de 345.000 enfermeras de nuestro país entre casi 10.000 enfermeras y enfermeros. Los resultados, como apuntan desde el CGE, son «peores que hace dos años».

Se trata del «Estudio sobre el impacto de la presión asistencial en la profesión enfermera», que busca conocer cuál es la situación de las enfermeras en la actualidad y comprobar cómo ha variado con respecto a 2022, año en el que se realizó por primera vez para conocer los estragos de la pandemia en la profesión.

«Han pasado cuatro años desde ese inolvidable 2020 y ahora vemos muy lejano cómo en ese momento se apostó al cien por cien por la enfermería y por la Sanidad. Nos aplaudían, nos valoraban y las administraciones se volcaron enormemente para salir de la crisis. Ahora, en 2024, no es que veamos cierto retroceso, es que estamos peor que antes de la pandemia», aseguró Florentino Pérez Raya, presidente del CGE.

Los resultados obtenidos con esta encuesta van de la mano con las cifras que se presentaron hace tan solo dos semanas y que evidenciaban la falta de 123.000 enfermeras y enfermeros para lograr llegar a las ratios europeas y poder así atender de forma óptima a los pacientes. Numerosos estudios nacionales e internacionales apuntan que la falta de enfermeras aumenta la carga asistencial y a su vez empeora los cuidados de las personas. Y esto se ve reflejado, claramente, en las cifras presentadas hoy con la encuesta y anteriormente con la Radiografía de la profesión.

De hecho, el 56,1% de las enfermeras encuestadas considera que su situación laboral actual ha empeorado con respecto a la que tenía antes de la covid. Un dato que preocupa enormemente a la Organización Colegial de Enfermería y que se ha puesto de relevancia durante la presentación: «Resulta inadmisible que después de lo que se hizo para superar la mayor crisis sanitaria de los últimos años, las administraciones hayan olvidado todo de golpe y ahora nuestras compañeras tengan la percepción de que están incluso peor que antes. ¿Cómo es posible que no se haya cuidado a nuestros profesionales y que quienes toman las decisiones no recuerden la importancia de mantener una buena sanidad?», pregunta Pérez Raya.

En cuanto al volumen de trabajo, las enfermeras lo puntúan con un 8,62 sobre 10, y aunque la percepción de exceso de trabajo es transversal a todos los ámbitos, el área sociosanitaria (8,91) y hospitalización (8,81) tienen las puntuaciones más altas.

Las consecuencias emocionales y en la salud mental de las enfermeras es uno de los puntos clave que desde el CGE piden abordar tras presentar los resultados de la encuesta. Y es que casi 9 de cada 10 enfermeras (88,3%) reconoce que la carga de trabajo les afecta psicológicamente. El 86,1% de las enfermeras ha sufrido episodios de estrés, el 66,6% de ansiedad, el 60% de insomnio y el 27,2% declara haber llegado a sufrir depresión.

Unas cifras muy alarmantes para el Consejo General de Enfermería (CGE), desde donde se ha pedido trabajar conjuntamente para prevenir estos problemas. «No es cuestión de llegar a sufrir estos episodios para tratarlos cuando ocurren, sino de poner las barreras y mecanismos de prevención para que no lleguen a suceder. Hablamos mucho de cuidar al cuidador, pero debemos hacerlo desde el inicio. De nada sirve cuidar de alguien cuando ya está sobrepasado, tenemos que trabajar para que la prevención sea nuestra bandera», apuntó Raquel Rodríguez Llanos, vicepresidenta del CGE.

El informe también puntualiza que el 23% de las enfermeras se han visto obligadas a pedir la baja por algún problema derivado de la carga emocional que genera la presión asistencial, lo que supone un incremento enorme con respecto a 2022, que el dato era del 16,5%. Para Rodríguez Llanos, esta cifra supone, además, «un enorme coste económico para el sistema y mayor sobrecarga para el resto de las enfermeras. Si no podemos prevenir los problemas de nuestras compañeras, esto seguirá aumentando. Debemos tomar todas las medidas oportunas para ayudar a esas compañeras que están en una situación límite, lo cual les beneficiará a ellas mismas y también al sistema, reduciendo el impacto económico y mejorando los cuidados de los pacientes», afirmó la vicepresidenta.

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