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Una huelga de impagos del alquiler como la que propone el Sindicato de Inquilinos supondría una pérdida de hasta 18.500 millones de euros

Jóvenes y no tan jóvenes hartos por las subidas del alquiler protagonizaron una manifestación masiva que recorrió el centro de Madrid el pasado 13 de octubre. Megáfono en mano, la organización convocante, el Sindicato de Inquilinos, defendió que la vivienda es un derecho, no un negocio, e instó a los asistentes a dejar de pagar los alquileres en bloque si no se adoptan medidas para aliviar los precios. En esta línea, esta misma semana la portavoz del Sindicato de Inquilinos de Cataluña, Carme Arcarazo, advirtió que su organización convocará una huelga de alquileres si el Gobierno no legisla para bajar los precios un 50%, así como para convertir los contratos en indefinidos, y subrayó que en España hubo una huelga similar en 1931 en la que participaron 100.000 familias. "Esto va en serio y no es un invento", apuntó. Si el 40% de los inquilinos de España optase por no pagar sus rentas durante un año, la pérdida ascendería a 18.580 millones de euros, lastrando un 1,69% el PIB y destruyendo 1,12 millones de empleos, según un informe del Observatorio del Alquiler de la Fundación Alquiler Seguro y la Universidad Rey Juan Carlos.

El estudio, elaborado por Fernando Pinto, doctor en Economía y profesor en la citada universidad, advierte de "actualmente, con aproximadamente 3,5 millones de viviendas en alquiler, cualquier perturbación en este mercado, como un aumento en el impago de alquileres, puede tener consecuencias económicas amplias". Este informe analiza el impacto potencial de una huelga de alquileres a tres niveles de impago: 10%, 25% y 40%. Que el 40% de los inquilinos decidan dejar de pagar su alquiler durante un año completo, es decir, con 1,4 millones de viviendas en impago, es el peor escenario. No sólo ocasionaría la mayor pérdida en rentas y empleo, sino también en inversión (140.000 millones de euros) y el mayor impacto en el PIB.

En detalle, la reducción en ingresos de alquiler no sólo provoca pérdidas de miles de euros a cada casero, sino que también disminuye la inversión en mantenimiento y mejora de propiedades. Esto no solo afecta el valor a largo plazo del parque de viviendas, sino que también tiene un impacto multiplicador negativo en sectores como la construcción. La pérdida de inversión se traduce en una significativa reducción de empleos, especialmente en los sectores de construcción y mantenimiento, que son intensivos en mano de obra. Para su cálculo se asume un multiplicador de empleo de 8 empleos por cada millón de euros invertido. En consecuencia, el crecimiento económico de España se ve lastrado.

Un escenario de un impago de alquileres del 10%, que se extendería a 350.000 viviendas en alquiler, supondría una pérdida anual de 4.645 millones de euros, tendría un impacto en la inversión de 35.000 millones y en el PIB del 0,42% y conllevaría la desaparición de 280.000 empleos. Si el porcentaje de alquileres impagados se eleva al 25%, las viviendas en impago ascenderían a 875.000, la pérdida anual sería de 11.613 millones, el impacto en el PIB del 1,06 %, en la inversión de 87.500 millones y los empleos perdidos ascenderían a 700.000, según las proyecciones del estudio, que tiene como base 3,5 millones de viviendas en alquiler a un precio medio de 1.106 euros por vivienda, de acuerdo con los datos del barómetro del alquiler de Alquiler Seguro.

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