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Clérigos musulmanes supervisan en mataderos españoles que la carne importada es "halal"

La incesante subida del precio de la carne roja socava los presupuestos de varios hogares marroquíes. Para contrarrestar esta inflación y regular el mercado, se autorizó la importación de carnes rojas frescas y congeladas de varios países, entre ellos España. Entre las condiciones establecidas: una rigurosa certificación sanitaria para garantizar la calidad y seguridad de los productos, y una etiqueta halal que acredite el cumplimiento de las normas vigentes.

Para obtener esta certificación, los operadores deben seguir un proceso estricto que incluye una solicitud formal ante un organismo de certificación halal. La carne halal es aquella que ha sido producida y procesada de acuerdo con las leyes islámicas. Esto significa que el animal debe ser criado de forma natural, alimentado con una dieta vegetal y sacrificado mediante un método específico que incluye la recitación del nombre de Dios.

Para ello, informa Le360, realizan auditorías exhaustivas de las instalaciones y procedimientos, "empleando sacerdotes musulmanes calificados e implementando un sistema de gestión de calidad consistente con los requisitos religiosos y de salud".

Así nos explica Saïd Ratbi Bali, director general de Halal Food & Quality, entidad certificadora especializada en el control, verificación y concesión de etiquetas halal para productos alimentarios, con sede en España, y miembro de la Asociación Nacional de Carnes Rojas. productores de este país ibérico. Todo comienza con una solicitud de certificación realizada por la empresa. Una vez aceptada esta solicitud, un organismo de certificación lleva a cabo una auditoría detallada de las instalaciones y procesos de sacrificio.

La auditoría verifica que la infraestructura cumpla con los estándares de limpieza e higiene. Posteriormente se examinan minuciosamente los procedimientos de sacrificio. Cada paso debe cumplir con requisitos religiosos y la intervención de operadores musulmanes cualificados es obligatoria. Sólo las personas de fe musulmana, debidamente formadas, pueden realizar matanzas. Esto garantiza que el acto se realiza según los principios religiosos, asegura un experto.

Durante esta operación, siempre está presente un supervisor designado por el organismo de certificación para garantizar que cada animal sea sacrificado de acuerdo con las reglas, en particular con una invocación del nombre de Dios antes del acto. Una segunda persona interviene a la hora de colocar el sello que certifica que la carne es halal y apta para la venta.

España, que ya es un socio comercial líder de Marruecos, está bien posicionada para satisfacer la creciente demanda de carnes rojas con certificación halal. Gracias a certificaciones sólidas y altos estándares, los operadores ofrecen una solución creíble y fiable para las importaciones marroquíes.

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