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La ruta sencilla que discurre por una antigua línea de ferrocarril y descubre una cascada en Sevilla

A mitad de la ruta podrás disfrutar del paisaje que ofrece la Rivera del Huéznar, uno de los tres grandes ríos de la Sierra Morena Sevillana

Entre lagos y montañas: una ruta en los Pirineos por antiguas vías de ferrocarril

Aire libre, una vía del tren y una cascada. Esos son los ingredientes que componen la Vía Verde de la Sierra Norte, una ruta idónea para los amantes de la bici. Se trata de un itinerario sencillo, de poca dificultad que discurre a lo largo de un antiguo ferrocarril a tiro de piedra de Sevilla. El recorrido, además de ser poco exigente, es de poca duración, con una longitud que no alcanza los 20 kilómetros. Eso no es todo, la recompensa es poder visitar la Cascada de Huéznar, un entorno natural de gran belleza que discurre en el curso alto de la rivera del río que le da nombre.

Como hemos comentado, el recorrido de esta senda está definido por un antiguo ramal ferroviario. Cuando estaba en funcionamiento este ferrocarril unía el municipio de Zafra con Sevilla. Se trata de una ruta marcada por el pasado minero de la zona, cuando el tren transportaba el mineral extraído de las minas del Cerro del Hierro.

Para empezar la ruta, debes dirigirte a la estación de tren en Cazalla de la Sierra. Se trata de una antigua parada de ferrocarril abierta por primera vez en 1885. Este reflejo del pasado ferroviario de nuestro país aún está en funcionamiento y forma parte, entre otros, de la red de cercanías hacia Sevilla.

El recorrido está bien señalizado y deberías poder seguirlo sin problemas. A mitad del camino podrás disfrutar del paisaje que ofrece la Rivera del Huéznar, uno de los tres grandes ríos de la Sierra Morena Sevillana. Se trata de un punto en el que este accidente natural acumula mucho caudal, por lo que es todo un espectáculo para la vista que te motivará a seguir pedaleando. Este río baña un bosque típico de la ribera de Andalucía, de gran belleza y espesor. El Bosque Galería de la Ribera del Huéznar es un auténtico oasis del paisaje andaluz, repleto de fresnos y alisos. Se trata de una zona que se concentra en su maravilla en el Parque Natural Sierra Norte. Todo esto lo recorrerás pedaleando hasta llegar al tramo más alto de la ruta y uno de los más célebres: la Cascada del Huérznar.

Cascada del Huéznar, un monumento natural

La Cascada del Huéznar es un auténtico monumento natural compuesto por numerosas cascadas y dos saltos de agua. Este tramo, alimentado por el tramo medio de la Ribera del Huéznar, ofrece un paisaje de pequeños pero abundantes saltos de agua, conocidos popularmente como Las Chorreras.

La piedra de esta zona también habla de la historia minera de la ruta. En este recorrido se puede apreciar que predomina la piedra caliza, que contrasta con el verdor de este paraje. La orografía ha formado pequeñas pozas por las que se discurren los distintos saltos de agua. Ten presente que, aunque pueda ser tentador, el baño en este área está prohibido por su peligrosidad. Si quieres darte un chapuzón dispones aguas arriba de la playa de San Nicolás, una zona habilitada para el baño.

Si quieres hacer una parada para seguir tu ruta ciclista con fuerzas renovadas este es el momento. Cerca de la Cascada hay hasta tres áreas recreativas -Isla Margarita, Molino del Corcho y Castillejo- en las que puedes parar a empaparte de la belleza del paisaje y tomar aliento.

Fin de la ruta: el Cerro del Hierro

Mientras pedaleas o desde tu dispositivo GPS habrás observado que la Vía Verde de la Sierra Norte no es circular, tiene forma de 'U'. A lo largo del recorrido habrás atravesado puentes, túneles y resquicios de los poblados mineros que antaño daban vida a la zona. Todas estas pistas que relacionan esta ruta con el pasado minero del área culminan con el fin de la vía.

Al terminar el recorrido, encontrarás otro monumento natural. Se trata del Cerro del Hierro, una impresionante mina a cielo abierto. Frente a la armonía que ha protagonizado el paisaje a lo largo de la ruta, el Cerro del Hierro sorprende por su aspecto característico de otro planeta, con múltiples y altas formaciones rocosas que se estiran hacia el cielo. Testigos directos de la intervención del hombre en esta zona.

Entre las rocas hay un bosque de alcornoque que da hogar a múltiples especies, algunas incluso catalogadas en el Libro Rojo de las Especies en Peligro de Extinción en Andalucía. El culantrillo de pozo, la doradilla, la lengua de ciervo y el helecho macho son algunas de las especies de plantas que dan vida al paisaje, muchas de ellas son difíciles de ver fuera de este paraje.

Si tienes suerte, es posible que veas un búho real o una cigüeña negra, también especies amenazadas. Estas aves se dan cobijo entre los recovecos que forman el Cerro, repleto de callejones tallados en piedra.

Además de visitar los restos del poblado minero, donde residían los trabajadores de la mina del Cerro del Hierro, también puedes visitar la conocida como Casa de los Ingleses. En una época donde se buscaba dar forma al que sería el trazado contemporáneo de la mina, ingenieros y gestores escoceses acudieron a la zona a finales del siglo XIX, previo al cambio de siglo. Poco queda de la vivienda que habitaron, pero a través de las paredes y el tejado que aún permanece en pie podemos acceder a una auténtica ventana al pasado.

Una vez te empapes del paisaje, recuerda que para volver al punto de partida de esta ruta solo tienes que volver sobre tus pasos. La ruta debería devolverte de nuevo a la estación de tren en Cazalla de la Sierra, donde da comienzo.

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