Qué sabemos del misterioso misil hipersónico ruso Oreshnik que "EEUU no puede interceptar", según Putin
Ucrania informó ayer de que Rusia había lanzado su primer misil intercontinental contra Ucrania, identificado como el RS-26 Rubezh, con un alcance de hasta 6.000 kilómetros. Por la tarde, Vladimir Putin dijo que en realidad fue un misil balístico hipersónico de alcance medio llamado Oreshnik, que podría ser el mismo Rubezh modificado. Se trató de una prueba "exitosa", dijo el dirigente ruso, que justificó este lanzamiento como respuesta al uso de misiles occidentales contra Rusia. Según el propio Putin, el Oreshnik es de alcance medio pero con características de misil intercontinental. “Los misiles atacan un objetivo a una velocidad de Mach 10, es decir, de 2,5 a 3 kilómetros por segundo. Los sistemas de defensa antiaérea modernos y los sistemas de defensa antimisiles creados por los estadounidenses en Europa no los interceptan”.
En cuanto al RS-26, se trata de un misil de combustible sólido, móvil por carretera, que se ha descrito en el pasado como un derivado más pequeño del ICBM RS-24 Yars. Por regla general, estas armas se consideran estratégicas y se utilizan para transportar cargas nucleares, razón por la cual las superpotencias no suelen utilizarlas. El desarrollo del RS-26 comenzó en 2008 en el Instituto de Tecnología Térmica de Moscú y mide casi 12 metros de largo y tiene un diámetro de poco menos de dos metros.
Putin declaró en su mensaje a la nación que la guerra en Ucrania se aproxima a un conflicto global, señalando que el respaldo militar de Estados Unidos y el Reino Unido a Ucrania ha intensificado el riesgo de represalias rusas más agresivas. "El uso de misiles de largo alcance por parte de Ucrania y sus aliados ha cambiado las reglas del conflicto", afirmó el presidente ruso, advirtiendo que su país responderá de manera proporcional ante futuras incursiones en su territorio.
De momento, esto es lo que sabemos del misil al que se refirió Putin.
Características del misil Oreshnik
El misil Oreshnik se suma a la lista de armamento avanzado en el arsenal ruso. Según Putin, se trata de un misil balístico hipersónico, con una velocidad diez veces superior a la del sonido, lo cual lo haría prácticamente imposible de interceptar por los sistemas de defensa aérea actuales. De acuerdo con fuentes rusas, su alcance es de 5.000 kilómetros, lo que lo posiciona como una amenaza directa a gran parte de Europa y a la costa oeste de Estados Unidos.
El Oreshnik también incorpora tecnología avanzada de reentrada múltiple, es decir, puede transportar varias ojivas que se separan en vuelo para atacar objetivos de manera independiente. Según el experto militar ruso Anatoly Matviychuk, el misil podría transportar entre seis y ocho ojivas, ya sean nucleares o convencionales. Yuri Podolyaka, un bloguero prorruso nacido en Ucrania, comentó que esta arma podría estar en servicio activo desde hace algún tiempo.
Reacciones en Ucrania y en la comunidad internacional
La reacción en Ucrania no se hizo esperar. La fuerza aérea ucraniana afirmó que Rusia disparó un misil balístico intercontinental contra Dnipro, aunque el Pentágono desmintió esta afirmación, aclarando que el misil utilizado por Rusia fue una versión modificada del RS-26 Rubezh, un misil balístico intercontinental (ICBM). Aunque el misil lanzado no cumple con el alcance de un ICBM convencional (que se define a partir de los 5.500 km), el ataque es visto como una grave amenaza para Ucrania y una provocación a escala global.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenskiy, denunció el uso de esta nueva arma como una "escalada clara y grave", llamando a la condena internacional ante la continua intensificación del conflicto por parte de Rusia.
El misil RS-26 y el impacto del Tratado INF
El Oreshnik sería, por tanto una versión derivada del misil balístico RS-26, que comenzó a desarrollarse en Rusia en 2008. Este misil es portátil, de combustible sólido, y fue diseñado inicialmente con características que cumplieran las limitaciones del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF), que Estados Unidos y Rusia firmaron en 1987 para restringir el uso de misiles con alcances entre 500 y 5.500 kilómetros.
Sin embargo, en 2019, Estados Unidos se retiró del Tratado INF alegando que Rusia estaba violando los términos del acuerdo, lo que Moscú negó. Con la salida del INF, ambos países han tenido la libertad de desarrollar y desplegar misiles como el RS-26 sin restricciones, generando preocupación en la comunidad internacional sobre el potencial de una nueva carrera armamentista.
La amenaza de un conflicto global
Con el lanzamiento del misil "Oreshnik" y la advertencia de Putin sobre la expansión del conflicto, el mundo observa con preocupación una escalada que podría extenderse más allá de las fronteras de Ucrania. La tecnología avanzada de este nuevo misil y la aparente disposición de Rusia a utilizarlo como medida de respuesta a las acciones de Occidente aumentan las tensiones y el riesgo de una confrontación más amplia.