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Así es la "bestia" que se ha dejado ver ayudando en las calles de Valencia: el blindado Centauro de Recuperación del Ejército de Tierra

Durante estos terribles días que han seguido a la DANA que asoló Valencia dejando más de 200 muertos y un reguero de destrucción como no se recuerda en nuestro país, han sido muchas las unidades militares que han acudido a la zona afectada a prestar servicio. En las calles de los municipios arrasados por la torrentera se ha podido ver a la legendaria Infantería de Marina española, la Brigada Paracaidista y otros tantos cuerpos de nuestras Fuerzas Armadas. Igualmente, fundamentalmente ha sido la labor de la maquinaria pesada empleada, destacando las excavadoras, los grandes camiones de transporte, las grúas o, incluso, los helicópteros Chinook que han servido para trasladar coches arrastrados por el agua.

Sin embargo, por su rareza, ha llamado la atención la presencia de un blindado poco habitual y difícil de ver, entre otras cosas porque solo existen cuatro en activo. Se trata de una versión de recuperación del blindado Centauro del Ejército de Tierra que en lugar de cañón incorpora una pala para despejar obstáculos y que en Valencia se ha comprobado muy eficaz.

El VRCC Centauro es un vehículo acorazado de combate utilizado por el Ejército de Tierra español en unidades de Caballería, normalmente dentro del equipo/pelotón acorazado.

El ejército italiano formuló los requerimientos a comienzos de 1984 para un nuevo VRCC. Por aquel entonces el Ejército de Tierra buscaba un vehículo blindado de reconocimiento de ruedas aerotransportable para dotar al Regimiento de Caballería Ligero Lusitania. El programa constó de tres fases. Una primera de pruebas en la que fueron probados distintos vehículos y donde el Centauro se mostró superior, lo que provocó que se firmara en 1999 un contrato por 22 unidades. Ya en la segunda fase y tras ciertas modernizaciones se estudió la posibilidad de que sustituyera a los carros de combate AMX-30 EM2, motivo por el cual en 2002 se firmó el contrato de adquisición de 62 Centauros. La tercera fase se centró en las modernizaciones y en la adquisición de cuatro vehículos de recuperación y reparaciones, uno de los cuales ha sido precisamente el que se ha dejado ver por las calles de Valencia.

Su barcaza pertenece a la misma familia del resto de vehículos Centauro, aunque incluye ciertas mejoras en algunos sistemas (potencia, frenos…) y medios de recuperación como cabrestantes debido a las labores en las que es empleado. El objetivo de la recuperación es, precisamente, lograr que cualquier material dañado, especialmente en este caso otros blindados, pueden ser recogidos de la línea de fuego en que han sido dañados y llevarlos a un lugar donde los equipos de mantenimiento de la unidad puedan valorar el daño y repararlo. Su misión principal es mantener despejados los itinerarios, para evitar que los vehículos averiados entorpezcan la maniobra de la unidad.

El ministerio de Defensa de España adquirió cuatro de estos vehículos a la empresa Iveco en el marco de la Fase III del programa de adquisición de los VRCC Centauro, siendo el Regimiento de Caballería España nº 11, el Regimiento de Caballería Lusitania nº 8 de la Brigada “Almogávares” VI de Paracaidistas (BRIPAC), y los Grupos de Caballería Reyes Católicos II de la Legión y Santiago VII de la Brigada Galicia VII (BRILAT).

 

En líneas generales, el vehículo de recuperación y reparaciones incluye sobre chasis común con las unidades de combate y reconocimiento, una hoja empujadora, grúa, cabrestantes principal y auxiliar, y dos ametralladoras de defensa inmediata. En cuanto a sus características técnicas, son muy parecidas a la de la versión normal, es decir, una longitud de 8,5 metros; 2,73 de altura, 3,05 de ancho, un motor: IVECO V6 turbo diésel, 520 caballos de vapor de potencia, una autonomía de 800 kilómetros, una velocidad máxima de 105 km/h y una tripulación de cuatro personas: jefe de vehículo, conductor, cargador y tirador. En este caso, sustituye la torreta con el cañón por todo el aparataje necesario para su labor de recuperación.

 

El que se ha podido ver en Valencia estos días era el del Grupo de Caballería Ligero Acorazado Sagunto I, la unidad de maniobra del mencionado Regimiento de Caballería Lusitania nº 8. Curiosamente, este Regimiento ya participó también en la ayuda a la población tras la gran riada mortal que golpeó con fuerza a la ciudad de Valencia en 1957.

Esta unidad está acuartelada en la base General Almirante de Marines (Valencia), razón por la cual fue una de las primeras en actuar para ayudar en las zonas afectadas.

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