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"Nos están abandonando cuando más necesitamos la sanidad"

Francisco José fue uno de los primeros afectados por la Covid-19 en nuestro país y pasó un mes hospitalizado. Como secuela, su pulmón derecho quedó gravemente dañado, lo que le obliga a realizarse pruebas semestrales y anuales de seguimiento. "Soy un paciente crónico y, como tal, no solo necesito tratamiento y cuidados, esto es un proceso que requiere continuidad, confianza y conocimiento profundo de mi historial, algo que he logrado con los médicos que me han acompañado durante tantos años", subraya.

Y es que, Francisco José López es funcionario desde hace 36 años. Y la sanidad privada ha sido una constante en su vida profesional y personal. Reconoce que ha forjado vínculos con cada miembro de su equipo sanitario. “Después de tantos años, como cualquier esfera de la vida, se crean vínculos. Yo, por ejemplo, llevo con mi cardiólogo 30 años y con mi urólogo, 25. Además, mis médicos saben cómo me afectó el COVID, qué problemas tengo y cómo tratarme. Esa continuidad es vital para mí”, reconoce.

El anuncio de la posible eliminación de Muface le generó una profunda angustia. En primer lugar, por su propia situación. Y es que, su única opción sería recurrir a la sanidad pública. “Con 60 años, contratar un seguro privado cuesta alrededor de 100 euros al mes. Cuando me jubile, mi pensión será de unos 1.500 euros. ¿Cómo voy a pagar un seguro con ese ingreso? No tendría más remedio que volver a la sanidad pública, con todos los problemas que eso supone para mí y para el propio sistema de salud”, explica. Y es que, implicaría empezar desde cero, ya que en la sanidad pública no tienen su historial médico. “Tendría que explicarle mi caso a cada especialista nuevo, esperar a que me crean y perder el tiempo reconstruyendo algo que ya está hecho”, lamenta.

En cuanto a los perjuicios para el propio sistema de público de salud, señala: “Mi mujer trabaja en un hospital público y ya están saturados. Cada vez hay menos profesionales porque muchos se van al extranjero por las malas condiciones laborales. Ahora imagínate sumar a todos los funcionarios que dependemos de Muface. En Madrid, donde hay una gran concentración de funcionarios, podría ser un caos”, advierte.

José hace un llamamiento a la empatía y a la reflexión antes de tomar decisiones políticas que afecten a tantas personas. “Le diría a la Ministra de Sanidad que tenga en cuenta nuestra historia. Cambiar de golpe no es solo un trámite administrativo, es un golpe emocional y médico para quienes llevamos toda la vida siendo tratados por los mismos profesionales. Esto no solo nos afecta a nosotros, sino también al sistema público, que no está preparado para asumir esta carga extra”.

Y solicita a los representantes políticos que dejen de utilizar la estrategia de situar a los funcionario como “enemigos” de la opinión pública: “Quieren ponernos a nosotros en el ojo del huracán y, para ello, utilizan información opaca y bulos. Por ejemplo, destacan que tenemos privilegios a costa de sueldos públicos y lo que nos dicen es que, cuando nos jubilemos, seguimos pagando el 30% de los medicamentos. Ponen a la opinión pública en nuestra contra para que no les señalen a ellos”.

El testimonio de José refleja el impacto humano detrás de las cifras y los debates políticos. Su experiencia resalta la necesidad de abordar este tipo de cambios con una visión integral, que considere tanto la sostenibilidad del sistema sanitario como las necesidades de los pacientes. “Cuando más vamos a necesitar la sanidad, nos están abandonando”, concluye.

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