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Sánchez despliega toda la maquinaria contra Lobato

«Ha cavado su propia tumba». En estos términos se refieren al futuro político de Juan Lobato en el PSOE. El enfado con el secretario general de los socialistas madrileños es absoluto en la dirección, tanto que puede tornarse definitivo para su continuidad en el cargo. Si el 41º Congreso Federal del partido estaba ya eclipsado por el «caso Ábalos» y las acusaciones de Víctor de Aldama, ahora se ha abierto un nuevo frente con la citación para declarar como testigo ante el Tribunal Supremo de Lobato. El mismo día de la apertura del cónclave. El líder madrileño cuyo liderazgo estaba ya muy cuestionado por Ferraz se ha exhibido en los últimos meses como un verso suelto, criticando abiertamente los intentos de Ferraz de desestabilizarle con la filtración de posibles candidaturas alternativas en las primarias. La última, la del actual ministro de Transformación Digital y exjefe de Gabinete del presidente del Gobierno, Óscar López. Ahora, el último paso en falso de Lobato se convierte ya casi en decisivo, la oportunidad propicia para que Pedro Sánchez acabe por fulminarlo. De hecho, ha activado toda la maquinaria para acabar con él, incluso al delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín.

El líder del PSM reconoció ayer que recibió el correo con los datos fiscales de Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, instándole a utilizarlo políticamente contra la presidenta de la Comunidad de Madrid en la Asamblea. Preguntó, entonces, sabedor de la complejidad legal, de dónde salía esta información, a lo que le respondieron que ya estaba publicada en medios de comunicación. Quien le mandó esta controvertida documentación y quien le respondió en estos términos era la secretaria de Política Institucional, Pilar Sánchez Acera, que es además jefa de Gabinete de Óscar López. Tras la imputación del fiscal general del Estado por la filtración de la citada información y después del registro en su despacho durante más de diez horas, Lobato decide acudir en noviembre a un notario de Madrid donde deja constancia de los whatsapp que recibe de Sánchez Acera para tratar de desvincularse de cualquier posible ilegalidad.

Tras hacerse público, toda la maquinaria del PSOE se ha puesto en marcha contra Lobato. «Es muy grave», señala una fuente consultada. «¿Cómo le haces eso a una persona de tu propia Ejecutiva? Es una deslealtad», apunta otra. «Hay un cabreo monumental con él. Esto va más allá de Ferraz, tiene más problemas con su dirección», tercia otro socialista madrileño. En las últimas horas, la presión sobre Lobato se ha incrementado hasta el extremo para hacerle dimitir o, al menos, que no acuda liderando la delegación madrileña al Congreso Federal, algo que haría, en todo caso, después de declarar ante el Supremo como testigo. Otros van más allá y cuestionan incluso que pueda llegar «vivo» a las primarias. «Después de esto, igual ni se presenta», apuntan a LA RAZÓN.

El estado de incomprensión es total. Nadie entiende el movimiento, mientras el propio Lobato se afana en explicarse. Unos lo ven como autoprotección por si intentan «hacerle la cama», pero rápidamente tercian que «se ha caído con todo el equipo». «Ha sido un paso en falso». En pleno escenario congresual, el futuro de Lobato está ya «sentenciado» para varios de los consultados. Los socialistas madrileños tienen hasta el 7 de diciembre para presentar candidaturas al liderazgo de la federación y si Lobato estaba antes en el punto de mira, su situación se ha complicado. Desde la dirección federal critican que su alternativa a Ayuso «no tira», que no acaba de superar a Más Madrid y no funciona en las encuestas. Le afean que no vaya «con todo» en las sesiones de control, en referencia al novio de la presidenta madrileña y a las muertes en las residencias durante la pandemia. Esto, en lo político, ahora, en clave interna y orgánica, el líder del PSM se ha quedado al borde del abismo.

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