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Esta ciudad pretende devolver 2.700 euros a cada habitante por un exceso de dinero público en la recaudación de impuestos

Las principales ciudades europeas tienen la fama, por lo general, de ser sumamente caras. Esto se debe en parte al nivel de vida que se lleva en el lugar en cuestión. Es entonces donde los impuestos cobran un papel fundamental, los instrumentos públicos son financiados con la recaudación de los mismos y en ocasiones esta suma de dinero se emplea para cubrir gastos a futuro. Algo parecido sucedió con la ciudad que hoy nos concierne, esta lleva acumulando un superávit de impuestos desde 2012 y, por esta razón, la suma recaudada ha llegado a una cifra excedente que ha obligado al ayuntamiento a repartir este número entre los habitantes.

En un mundo en el que el gasto público, y la deuda claro, parecen ser infinitos sorprende en demasía el poder de esta respuesta por parte de las autoridades. Algo que si duda siente un precedente en la economía de esta ciudad que, además, puede servir de puertas para fuera como modelo de gestión y transparencia con sus respectivos ciudadanos. Se trata de Basilea, situada al norte de Suiza y cerca de las fronteras con Francia y Alemania. Una de las insignias más representativas en cuanto a turismo se refiere del territorio suizo.

Desde las instituciones públicas aseguran que hay un exceso de recaudación en las arcas públicas. Esta práctica provoca una situación algo común en la política de esta cuidad, por lo que el Gran Consejo de la misma ha planteado la posibilidad de retribuir a los contribuyentes con una cantidad proporcional a la remanente del curso en cuestión. Este reembolso se otorgará siempre y cuando las necesidades fundamentales de la localidad estén cubiertas, tanto la deuda como el gasto público y la subsistencia de todos los organismos institucionales.

La ciudad que recompensa con dinero a aquellos que pagan impuestos

En España no es que esto sea impensable sino que es algo irreal. Por tanto, las comparaciones no tienen cabida en este discurso. Sin embargo, ¿realmente es algo positivo para los contribuyentes? Basilea no supera los 200.000 habitantes y tan solo en el año 2023 tuvo un excedente de más 460 millones de euros conformando la ciudad con el Producto Interno Bruto más alto por habitante de toda Suiza. Y es que estas cuentas llevan funcionando de esta manera desde el año 2012 hasta la actualidad. Desde entonces la cifra asciende a los 1.200 millones de francos sobrantes.

Este problema ha causado conflicto entre los diferentes bandos políticos del espectro. La tendencia del gobierno central es la de reducir año a año los impuestos. En 2022 se aprobó una reducción de 112 millones de francos mientras que en el próximo curso se estima una disminución de 160 millones de euros, siempre y cuando el superávit siga al alza. No obstante, para refrenar el avance de esta cantidad se ha emitido una propuesta a través de la cuál los ciudadanos recibirán anualmente una pieza significativa de los restos fiscales, una media de 2.535 francos, es decir, 2.700 euros por persona. Esta deberá ser aprobada en un referéndum.

Una respuesta confusa por parte de los ciudadanos

La polémica esta servida, ya que, en esencia, este gesto evidencia aún más los impuestos abusivos que se pagan que podrían ser menores si la organización de los mismos fuera acorde a lo presupuestado. El dinero que se 'gana' con el superávit en realidad se 'pierde' a principios de curso, por lo que, en realidad tal y como se concibe este hecho, los habitantes de Basilea contemplan la opción de reducir los impuestos más sincera que la de repartirlos a finales de año. Aún así se estima que la ley se apruebe en las elecciones, para zanjar el problema de los excedentes.

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