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El epílogo de la resistencia

El PSOE afronta su 41º Congreso en una encrucijada política marcada por múltiples desafíos internos y externos. La reunión no será un mero encuentro orgánico, sino un ejercicio de supervivencia estratégica donde Pedro Sánchez deberá blindar su liderazgo ante una acumulación de tensiones que amenazan la cohesión socialista.

Los retos son múltiples. En el plano parlamentario, la estabilidad gubernamental pende de un frágil equilibrio. Las derrotas recientes obligan a considerar que es posible una prórroga de las cuentas actuales. Sin embargo, ningún socio parlamentario parece dispuesto a romper la coalición y facilitar una alternativa que podría otorgar un indeseable protagonismo a Vox.

El frente interno presenta igualmente focos de tensión. El «caso Lobato» ha generado una agitación inesperada, con un dirigente crítico que podría filtrar información incómoda para la dirección.

Los frentes judiciales representan otro desafío crítico para Sánchez y el PSOE. Las investigaciones sobre la esposa del presidente, su hermano y altos cargos del partido se han convertido en un goteo constante de revelaciones que erosionan la imagen pública. Sin embargo, por ahora no existe una crítica interna pública en el partido ni tampoco en la esfera mediática del PSOE.

La estrategia de Sánchez parece clara, desviar la atención hacia un enemigo externo: el Partido Popular, con Feijóo como líder cuestionado dentro de su propia formación y que se deja arrastrar por la ultraderecha. ¿El Gobierno podría haber liderado la gestión de la crisis de la DANA? La culpa es de la mala gestión del PP. ¿El entorno personal y político de Pedro Sánchez está asediado por casos judiciales? La derecha genera los casos a través de bulos y además practica «lawfare» en connivencia con determinados poderes judiciales. ¿Existen tensiones presupuestarias? La culpa es de la deslealtad de las comunidades del PP.

Una vez, un expresidente de un país de América Latina me contó una historia que resume la estrategia de la mayoría de gobiernos: un presidente encuentra tres sobres numerados que su predecesor le ha dejado con instrucciones de abrir uno en cada situación crítica. Al enfrentar la primera crisis, abre el primer sobre, que contiene el consejo: «Échame la culpa» Siguiendo esta recomendación atribuye los problemas al Gobierno anterior. Cuando surge una segunda crisis, abre el segundo sobre, que dice: «Culpa a la oposición». Nuevamente, sigue el consejo y responsabiliza a los adversarios políticos. Finalmente, ante una tercera crisis, abre el tercer sobre, que simplemente indica: «Prepara tres sobres». Este último mensaje sugiere que ha llegado el momento de aceptar la responsabilidad y preparar la transición para su sucesor. Del mismo modo, Pedro Sánchez primero se escudó en los recortes del Gobierno de Rajoy y ahora llega el momento de culpar a la oposición de todos los males del Ejecutivo.

No obstante, más allá de la inmediatez, el congreso evidencia un déficit preocupante: la ausencia de debate sobre los grandes retos estructurales. ¿Cuál es el futuro de la socialdemocracia? ¿Qué papel debe jugar la socialdemocracia europea ante la ola autoritaria que recorre el mundo? ¿Cuál es la posición del PSOE ante el impacto de la IA? ¿Habrá renta universal si la IA colapsa el mercado laboral? ¿Y qué actitud tiene el PSOE ante el creciente desafío de Rusia?

El liderazgo de Sánchez mantiene, por ahora, su fortaleza. Miles de cargos dependen de su continuidad y él ha demostrado en múltiples ocasiones su capacidad para reconducir narrativas en momentos críticos. El congreso será, sin duda, una prueba de resistencia y habilidad política; seguro que Pedro Sánchez, como siempre, sorprenderá y marcará la agenda de forma imprevista.

Pablo Martín Diez es experto en comunicación política. Director de la Institución Educativa ALEPH

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