Habla el preparador físico de Ilia Topuria: "Aún no he encontrado cuál es su límite"
Apenas dos semanas después de que Ilia Topuria reivindicara su título de peso pluma frente a Max Holloway, nos sentamos con su preparador físico para tratar de arrancarle algún secreto del campeón del mundo de UFC. El doctor Aldo lo conoce mejor que nadie, pero solo acertamos a concluir que esto apenas acaba de empezar. Dice Aldo que él no ha sido capaz aún de detectar dónde esta el límite de «El Matador», cuya inteligencia e inusitada capacidad de asimilar cada entrenamiento lo tienen alucinado. En «Optimízate» (Editorial Kitaeru), este coach destaca la determinación de Topuria. Y su decisión de ganar y ganar.
¿Cuál es el siguiente reto después de la victoria ante Max Holloway?
El siguiente reto ahora mismo es descansar. Es lo que siempre recomiendo.
¿Por cuánto tiempo?
Pues eso depende de él. Normalmente, mientras descansa, sigue manteniéndose activo. Por ejemplo, sale en bicicleta con su mujer, hace algo de cinta, o queda con algún compañero para rodar en el tatami... Cuando termina el combate ya hemos pasado meses muy intensos juntos y como soy quien controla aspectos como la alimentación, la bajada de peso, o la exposición al frío y al calor prefiero distanciarme un poco durante un tiempo para que él pueda desconectar. Ya espero a que él me llame para volver a empezar.
¿Hay algunas pautas específicas para este tiempo de relax?
Él sabe que debe mantenerse activo, pero a intensidades bajas. Por ejemplo, salir a trotar, montar en bicicleta por media hora o una hora, cosas así. No hacemos ejercicios técnicos ni series intensas; solo actividades para disfrutar y moverse.
¿Y en cuanto a la alimentación?
En su casa se come muy bien. Su mujer lleva toda la parte de la comida orgánica, así que mantienen una dieta bastante limpia. Eso ayuda mucho para la bajada de peso más adelante.
¿Se permite algún capricho? Por ejemplo, alcohol, grasas, algo así.
Imagino que sí, aunque no estoy presente. Quizás alguna copita de vino de calidad, pero alimentos procesados no forman parte de su dieta habitual, así que no creo.
Hablando del entrenamiento, ¿cómo lo planteas con él? ¿Cuál es su enfoque principal?
Planificación. Una vida sin planificar no te va a llevar al éxito ni a ningún lado. Siempre planificamos a largo, medio y corto plazo. Cada domingo planificamos la semana, y yo coordino con todos los implicados. Acompaño todos los entrenamientos y también participo en sesiones específicas, como la exposición al frío y al calor.
¿Cómo utilizan el frío?
El frío es una terapia que usamos para recuperarnos. Si lo hacemos por la mañana, nos ayuda a activarnos; si es después del entrenamiento, acelera la recuperación. También mejora el sistema inmunitario y prepara psicológicamente, ya que no es nada fácil exponerse a -150ºC durante tres minutos todos los días. Es un reto físico y mental y los dos nos apoyamos y acompañamos.
¿Y el calor? ¿Qué papel juega?
El calor lo usamos en la sauna después del entrenamiento, por ejemplo. También hacemos sesiones pedaleando a 40ºC durante 20 minutos, seguidas de un jacuzzi caliente para relajar. Esto mejora la tolerancia al ácido láctico y fortalece la mentalidad, al igual que el frío. Además, después del entrenamiento de la mañana, hacemos recuperación con una cámara hiperbárica, exposición a luz roja e infrarroja, y frío para maximizar la oxigenación y la regeneración.
¿Cómo se evita el sobre entrenamiento a ese nivel?
Mediante un control exhaustivo: analíticas, medición de tensión arterial y comunicación constante. También contamos con un equipo médico dos veces por semana para prevenir lesiones y monitorear el estado físico. La suerte es que él asimila muy bien el entrenamiento, tiene una gran capacidad. El domingo es día completo de descanso, es súper necesario que no nos vea a ninguno.
¿Cómo llegó a trabajar con él?
Preparando a un policía opositor a GEO, este chico me trajo a su binomio, el chico que iba en el coche con él. Resultó que era campeón de karate de España y me pidió que lo preparara y resulta que gana las Olimpiadas de Bomberos, Policías y Fuerzas de Seguridad en Belfast 2013 a nivel planetario. Gente muy dura de todo el mundo. A través de él conocí a Ilia, que iba a su mismo gimnasio de boxeo. Él tenía 17 o 18 años, alrededor de 2015. Desde entonces, hemos trabajado juntos.
En algún momento comienzo a dedicarme a los deportes de contacto con atletas con distintas necesidades, incluyendo un grupo con experiencia en boxeo. Fue fascinante. Aprendí de ellos, y pronto tuve campeones: Jorge, campeón del mundo en karate; un campeón de España de boxeo; y otros talentos que iban forjándose entre ellos, como Ilia. Es un proceso de retroalimentación continuo.
¿Fue entonces cuando decidió dedicarse completamente al alto rendimiento?
Exactamente. Hubo un punto en mi vida en que ya no podía compaginar tantas cosas. Seguía con mi trabajo como profesor, pero mi atención se centró en Ilia cuando él me pidió que lo coordinara completamente. Esto sucedió justo antes de su ingreso al top 10 mundial y la preparación para UFC 282. Fue una evolución: de ser su preparador físico pasé a coordinar todo su rendimiento. Esto incluye colaborar con el Performance Institute, médicos, fisioterapeutas y otros especialistas. Es un rol que, según me dicen, no existía en las Artes Marciales Mixtas de la forma en que lo desempeñamos ahora. Lo ha generado él.
¿Qué diferencia su estilo de preparación?
Nunca me comparo con otros. Mi enfoque está basado en la pasión y el amor por el deporte. Lo vivo y lo siento profundamente.
¿Tiene alguna inspiración o modelo a seguir entre preparadores internacionales?
No podría mencionar a alguien en específico. Mi camino ha sido un proceso de autoconstrucción, donde cada experiencia te forja. He leído a muchos, como Toni Nadal, y he aprendido de entrenadores y médicos deportivos a lo largo de mi trayectoria. Por ejemplo, tuve la suerte de aprender de un médico deportivo de primer nivel que trabajó en Alicante durante un tiempo. Su consejo de que debía tener conocimientos amplios y multidisciplinarios marcó un punto de inflexión en mi carrera.
¿Cómo incorpora ese aprendizaje a sus métodos?
Todo lo que aprendo lo adapto al deportista. No generalizo, porque lo que funciona para uno puede no servir para otro. Siempre hablo con el atleta, matizamos, ajustamos y encontramos lo que mejor se adapta a él. Esto fomenta la autonomía. Es algo que aprecio mucho: que los deportistas que pasan por mis manos aprendan y sean independientes.
¿Qué cualidades destacaría de Ilia, tanto físicas como mentales?
Su inteligencia, sin duda. A nivel físico, es un atleta completo. En cada training camp, que es el periodo que nos preparamos para cada combate, supera sus propias marcas: fuerza, tiempos de reacción, equilibrio... todo mejora constantemente. Me sorprende porque todavía no veo su límite, no sé dónde está. Me alucina.
¿Y a nivel mental? ¿Ha habido desafíos?
Es un deportista comprometido y abierto al aprendizaje. Puede cuestionar un plan de entrenamiento o sugerir ajustes, y eso me encanta. Esa capacidad de reflexionar y colaborar en su propio desarrollo es una de sus mayores fortalezas.
¿Qué opina de las críticas al UFC y las artes marciales mixtas como deporte?
Es un deporte reglado e institucionalizado, el más completo que existe en cuanto a exigencias físicas. Entiendo las críticas, pero es un deporte con un reglamento claro y prima la seguridad. Las revisiones médicas son exhaustivas, el arbitraje protege al atleta y el ambiente está controlado. Los riesgos existen, como en cualquier disciplina, pero las medidas de seguridad están ahí.
Algunos periodistas deportivos no reconocen al UFC como deporte.
Creo que esos comentarios muchas veces nacen del desconocimiento. Las artes marciales mixtas exigen pensar constantemente en cómo optimizar cada aspecto físico y técnico del atleta. Es un deporte que combina múltiples disciplinas, y esa diversidad lo hace único y fascinante.
¿Qué mensaje dejaría a quienes ven este deporte con prejuicios?
Les invitaría a conocer más sobre el deporte, sus valores y su metodología. Más allá de la competición, hay pasión, disciplina y trabajo en equipo. Cada combate es el reflejo de meses de esfuerzo y preparación. Es un deporte que merece el mismo respeto que cualquier otra disciplina.
¿Qué historia de superación de las que habla en el libro le ha impactado más?
Uf, todas las historias son importantes para mí, pero la que más me ha conmovido, con la que he llorado, ha sido la de Paloma. La conozco desde hace años, la quiero muchísimo. Su caso me tocó profundamente porque enfrentó una enfermedad que, en mi caso, se llevó a mi tía poco tiempo antes. Cuando mi tía falleció, Paloma estuvo a mi lado. Ver cómo ella enfrentó esa misma enfermedad me impactó muchísimo. He tratado de acompañarla lo más que he podido. Ella practica actividad física regularmente, algo que siempre promuevo. Moverse, hacer ejercicio, reduce las probabilidades de padecer más de 27 enfermedades crónicas. Y en el caso del cáncer, los beneficios están más que comprobados: el ejercicio es clave tanto en el preoperatorio como en el postoperatorio.
Paloma entrena casi a diario. Le diseñé una tabla específica, y no hay día que no haga algo. Ha superado todo y, como dice ella, al final del capítulo de su historia: "Esto ha sido un mal sueño". Para mí, su historia es una lección de vida. Me ha enseñado a vivir con afán de superación y a enfrentar el día a día con una sonrisa.
¿Hay algún deportista vivo que admire especialmente por tener un buen equilibrio entre cuerpo y mente?
La verdad, no quisiera mencionar nombres específicos. Para mí, todo aquel que practica deporte y cuida de su cuerpo merece admiración. Hacer ejercicio es una forma de respetarte a ti mismo, y quien se respeta, respeta a los demás. Eso es clave. No es cuestión de elegir un deportista famoso; hay tantas personas practicando deportes minoritarios o haciendo ejercicio en circunstancias difíciles, que cada uno tiene su mérito.
¿No acaba siendo también un poco psicólogo?
Sí, totalmente. Desde el principio he abordado el deporte de forma integral. La nutrición siempre me ha interesado; mi padrino es endocrino, y me fascinó desde joven. También el apoyo psicológico es fundamental, sobre todo porque he trabajado con opositores, y muchos de ellos se ponían muy nerviosos. Ahí aprendí la importancia de la visualización.
¿La visualización?
Sí, es clave. Visualizar tus metas y el proceso para alcanzarlas puede marcar la diferencia. Es algo que uso con mis deportistas. Por ejemplo, en la preparación física y mental, incluso las terapias como el frío te conectan con el presente, y eso es fundamental.
Y cuando alguien no tiene motivación, ¿qué les dice?
Les digo que lean mi libro, Optimízate. La motivación es el catalizador de toda acción exitosa. Si tienes claro tu objetivo, la motivación te llevará a actuar, y esa acción te conducirá al éxito.
Aunque hay quienes sienten que no pueden por circunstancias externas, ¿cómo lo maneja?
Entiendo esa perspectiva, pero muchas veces las decisiones que tomamos definen más de lo que creemos. Reflexionamos, sí, pero hay que llegar hasta el final. Muchas personas abandonan porque pierden la motivación en el camino. Detectar y potenciar tus talentos es clave.
¿Eso lo aprendiste por experiencia propia?
Sí. En mi caso, cuando era joven, no tenía claro mi camino. Estudié ciencias puras porque mis padres lo decidieron y me pasé media vida en academias. No tenía la madurez cognitiva para entender la física como la he comprendido luego. Hoy pienso que, si hubiera seguido un ciclo formativo en deporte desde el principio, habría sido más feliz. Encontré mi pasión más tarde, pero eso me motivó a ayudar a otros a descubrir la suya desde temprano.