Comer más proteínas de origen vegetal reduce en más de un 20% el riesgo de enfermedad cardiaca
Seguir una dieta que tenga una mayor proporción de proteínas de origen vegetal que animal puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y coronarias.
Esa es la conclusión principal de un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) y publicado en la revista "The American Journal of Clinical Nutrition".
Tras ajustar el historial de salud de los participantes y los factores sociodemográficos y de estilo de vida, el análisis subraya que comer una proporción más alta de proteína vegetal se asocia con un 19% menor riesgo de enfermedad cardiovascular y un 27% menor riesgo de enfermedad cardíaca coronaria en comparación con los que toman menos proteínas vegetales.
El estudio de la Universidad de Harvard es el primero en investigar esta proporción y cómo afecta a la salud, en particular a la salud cardíaca.
Los autores utilizaron 30 años de datos sobre dieta, estilo de vida y salud cardíaca de casi 203.000 hombres y mujeres inscritos en los Estudios de Salud de Enfermeras I y II, y en el Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud, todos ellos de Estados Unidos.
Los participantes informaron sobre su consumo alimentario cada cuatro años. Los investigadores calcularon la ingesta total de proteínas de cada una de esas personas, medida en gramos por día, así como su consumo específico de proteínas animales y vegetales.
A lo largo del periodo de estudio, se documentaron 16.118 casos de enfermedad cardiovascular, incluidos más de 10.000 casos de cardiopatía coronaria y más de 6.000 casos de accidente cerebrovascular.
Beneficios por sustitución
Los investigadores también examinaron si hay un punto en el que comer más proteína vegetal deja de tener beneficios adicionales o incluso podría tener implicaciones negativas. Según los investigadores, es probable que estas reducciones de riesgo se deban a la sustitución de la carne roja y procesada por varias fuentes de proteínas vegetales, en particular frutos secos y legumbres.
Estas sustituciones mejoran los factores de riesgo cardiometabólico, incluidos los lípidos en sangre y la presión arterial, así como los biomarcadores inflamatorios. Esto se debe, en parte, a que las proteínas vegetales suelen ir acompañadas de grandes cantidades de fibra, vitaminas antioxidantes, minerales y grasas saludables.
"La mayoría de nosotros necesitamos empezar a cambiar nuestra dieta hacia proteínas de origen vegetal", indica Frank Hu, profesor en la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, quien añade: "Podemos hacerlo reduciendo el consumo de carne, especialmente la roja y procesada, y comiendo más legumbres y frutos secos. Este patrón alimentario es beneficioso no solo para la salud humana, sino también para la salud de nuestro planeta".