Sánchez, en el laberinto: los socios empiezan a asumir que aguantará en Moncloa sin Presupuestos en 2025
Hasta ahora Pedro Sánchez ha conseguido sobrevivir pese a haber superado momentos políticos muy complicados. Ha estado contra las cuerdas más de una vez y acabado encontrando salida. Y ahora, debe buscar otra salida ya que en el horizonte se avecina un nuevo duro reto para el presidente del Gobierno: permanecer en Moncloa sin Presupuestos en 2025. La sensación que empieza a cundir en el Congreso es que los socios tumbarán las Cuentas del próximo año por la incompatibilidad manifiesta que hay entre Podemos y Junts, pero, pese a ello, nadie visualiza un escenario electoral de adelanto electoral. "Va a resistir", coinciden diversas fuentes parlamentarias del bloque de los socios del Gobierno. De hecho, hay quien cree que se volcará ya en las Cuentas de 2026.
Tanto Junts como Podemos se están mostrando incompatibles en numerosos ámbitos y de cara a los Presupuestos esas diferencias probablemente queden reflejadas en la vivienda. Los morados han situado como línea roja la rebaja del alquiler en un 40%, mientras que los posconvergentes no quieren ni oír hablar de más intervención de precios ya que han vivido muy de cerca los problemas que está generando la Ley de Vivienda en Barcelona: se ha reducido la oferta y lo poco que hay se ha encarecido mucho. Con este terreno de juego, se hace muy difícil encajar todas las piezas para que el Gobierno logre aprobar los Presupuestos.
Tal y como ha dicho públicamente Míriam Nogueras este miércoles en el Congreso, Junts augura que la aprobación de los Presupuestos va a ser "imposible". Entre otros motivos, según aducen fuentes del partido posconvergente, porque las dificultades se van a "multiplicar por 100" con respecto a la reforma fiscal del Gobierno, que todavía está en tramitación en el Senado y puede sufrir importantes cambios por las enmiendas que han presentado tanto el PP como Junts. Uno de los cambios importantes que puede sufrir, además, es a costa del apoyo de Junts a las ayudas fiscales impulsadas por el PP para los afectados por la DANA. En las filas posconvergentes insisten en que hay margen de maniobra para dar apoyo económico a las víctimas de la catástrofe sin necesidad de aprobar los Presupuestos de 2025, tal y como "ha chantajeado" el Gobierno. Por tanto, las enmiendas del PP a la reforma fiscal (exenciones en IRPF, IBI...) pueden convertirse en una vía para el partido de Carles Puigdemont para sacudirse la presión que el Gobierno de Sánchez va a ejercer para que apoyen los Presupuestos.
En Podemos, el otro actor clave, también empiezan a dar ya por perdidos los Presupuestos porque se niegan a volver a aceptar un trágala como ha ocurrido con la reforma fiscal, que los morados han apoyado a cambio de un impuesto a las energéticas a posteriori pese a que ahora todo apunta a que Moncloa no va a cumplir con su compromiso. De hecho, este miércoles se ha activado la comisión negociadora, pero Junts y PNV han dado plantón y eso hace materialmente imposible que el tributo salga adelante. El partido de Ione Belarra cree que es el momento de adoptar una posición de fuerza por convicción ideológica (para empezar a marcar la agenda, hacerse notar e introducir sus propuestas) y porque las encuestas tampoco les penalizan, sino todo lo contrario ya que casi todas proyectan cuatro o más escaños en caso de adelanto electoral (como la publicada el pasado lunes por NC Report para LA RAZÓN). No obstante, en Podemos tampoco creen que Sánchez vaya a convocar elecciones porque ha accedido al poder gracias a un "alto precio para sus intereses" con la amnistía y eso "se ha hecho con la intención de durar en el Gobierno".
Tanto Junts como Podemos se han convertido en los actores clave del escenario político y el destino del Gobierno está en sus manos. Sánchez tiene que elegir entre virar a la derecha o a la izquierda. Mientras tanto, tanto Esquerra como Bildu son dos partidos que evitan cuanto pueden el ruido. De hecho, en las filas socialistas tampoco dudan en ensalzar la actitud de ambos partidos a la hora de negociar, ya que consideran que tienen un "comportamiento más responsable". Los republicanos deciden este fin de semana quién será su nuevo líder y, a partir de ahí, con la nueva dirección, darán inicio a las negociaciones de los Presupuestos, que Sánchez quiere llevar al Congreso a principios de año.