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Bayrou tantea a "primeros espadas" para su gobierno mientras sortea la primera ofensiva de la oposición

El nuevo primer ministro de Francia, François Bayrou, perfiló este martes su Ejecutivo, que puede ser anunciado en los próximos días, al tiempo que descubrió los sinsabores del puesto, al recibir las primeras críticas.

En medio de las últimas reuniones con los partidos y encuentros con el presidente, Emmanuel Macron, el centrista ha querido dejar su huella en el cargo, la de un político enraizado en su territorio, lo que le ha valido duras críticas en la situación tan dramática que atraviesa la isla de Mayotte, en el Índico.

Bayrou se obstinó en la noche del lunes en presidir el pleno municipal de Pau, la ciudad del suroeste de Francia de la que es alcalde, función que tiene previsto mantener junto a la de primer ministro.

Lo hizo poco después de asistir por vídeoconferencia a una reunión de crisis sobre Mayotte, donde las autoridades temen un balance elevado de víctimas tras el paso del ciclón Chido, que devastó ese territorio francés del Índico, el territorio más pobre del país.

Un día más tarde, Bayrou se enfrentó en solitario a las cuestiones parlamentarias en la Asamblea Nacional, en la sesión de control al Gobierno, convertida en una batería de preguntas al primer ministro ya que el resto del gabinete está dimitido.

Ahí comprobó que la oposición no le va a dar mucho margen, sobre todo la izquierda y la extrema derecha, pero reafirmó su intención de seguir siendo el político rural que ha forjado su reputación.

"Pau también es Francia", dijo Bayrou, que aseguró que intentará que su nueva función "no le aleje de las provincias", mientras la oposición le reprochaba haber utilizado un avión oficial para viajar a su ciudad en lugar de hacerlo a Mayotte que, le recordaron, también es Francia.

El nuevo primer ministro siguió recibiendo hoy a varios grupos políticos en vista de buscar cierta estabilidad que le permita durar más de los tres meses que pasó en el cargo su antecesor, el conservador Michel Barnier.

Si el lunes recibía a los líderes de la extrema derecha, socialistas, macronistas y a la derecha conservadora, este martes era el turno de ecologistas, centristas, comunistas e independientes.

Bayrou mantuvo, además un encuentro con Macron, al que tiene previsto ver de nuevo durante la noche, lo que augura que el anuncio de su Ejecutivo no se retrasará mucho.

La agenda del presidente también aparece cargada, con una visita este martes a Lyon, antes de viajar mañana a Bruselas par la cumbre UE-Balcanes, mientras que desveló su intención de ir pronto a Mayotte.

Bayrou trabaja con mucha discreción, pero las filtraciones apuntan a que se rodeará de un Gobierno de figuras de gran peso procedentes de todos los sectores políticos, aunque muchos de ellos alejados en los últimos años de la primera línea.

Frente al Ejecutivo de Barnier, compuesto de nombres de segunda fila, Bayrou parece apostar por primeros espadas para intentar superar la división política de la Asamblea Nacional.

Por ahora, el jefe del Gobierno ha recibido el compromiso de varios grupos de darle algo de tiempo, aunque todos estarán muy pendientes de cuales van a ser las líneas generales de su acción, con la vista puesta en los presupuestos para 2025 que tendrá que presentar en las próximas semanas.

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