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La Vuelta celebra su 90 aniversario pasando por cuatro países

La Vuelta cumple 90 años y no se olvida del camino recorrido desde aquella primera edición disputada en 1935. La carrera vuelve a salir desde fuera del territorio español, una costumbre en los últimos tiempos, una mirada al futuro. Pero para presentarla, la carrera se apoya en los clásicos, en los que la han hecho grande, además de Pedro Delgado, que como es habitual ejercía de presentador. Alberto Contador, Chris Froome y Nairo Quintana destacan entre los más recientes; Olano, Zülle y Jalabert, los hombres que dominaban en el tránsito entre dos siglos; y más allá, Álvaro Pino, Marino Lejarreta o Agustín Tamames. Y, por supuesto, Roberto Heras, el ciclista con más victorias en la Vuelta junto a Primoz Roglic, que no defenderá su triunfo.

La Vuelta nace en el Piamonte, en el norte de Italia, y no llega a España hasta la quinta etapa. Después de tres jornadas por territorio italiano pasa por Francia, una etapa, y llega a España por Figueras. Una contrarreloj de 20 kilómetros con salida y llegada a la misma ciudad sirve para hace el tránsito. La normativa UCI no permite añadir un día más de descanso, una excepción que contempla cada cuatro años y la Vuelta ya lo consumió en 2022 cuando salió de Utrecht.

La carrera no pierde su esencia y vuelve a mirar hacia arriba. La segunda etapa ya tiene un final en alto, en un puerto de segunda. Después hay nueve más a los que se suman las etapas que no acaban arriba, pero hacen atravesar varios puertos de montaña a los ciclistas y algún final en rampa, parte de la personalidad de la carrera.

No hay que esperar mucho para encontrar finales en alto de verdad. En la sexta etapa la Vuelta llega a Andorra en una etapa con final en Pal. Una jornada que tiene réplica en la jornada siguiente, que acaba en Cerler. Y después de una etapa previsiblemente tranquila camino de Zaragoza, el pelotón se encontrará con la subida a Valdezcaray para finalizar.

Hay trampas para los ciclistas. No hay tregua después de los dos días de descanso. El primero llega después de la subida a Valdezcaray, una falsa paz antes de subir a Larra Belagua. Una subida que se estrenó un par de años atrás con triunfo de Evenepoel en esa Vuelta en la que se convirtió en aventurero por obligación.

Y después del segundo día de descanso llega una etapa con final en Mos que puede convertirse en una importante batalla si los ciclistas tienen ganas y fuerzas.

El año pasado fueron los Lagos de Covadonga; este año son los Lagos de Somiedo los que visita en Asturias y el Angliru en lugar del Cuitu Negru en el que brilló Castrillo.

La Vuelta mezcla la tradición con lo más reciente. Para finalizar recupera el paseo por el centro de Madrid. Y antes de llegar, la etapa por la sierra de Madrid con final en la Bola del Mundo, una cima estrenada en 2010 cuando Vincenzo Nibali ganó su primera grande.

Para que no todo sea subir, la Vuelta propone dos contrarrelojes individuales que servirán para ordenar la carrera: la de Figueras y otra en Valladolid en la última semana., que suman 46 kilómetros. La carrera comienza con una etapa en línea el 23 de agosto y finaliza el 14 de septiembre en la Plaza de Cibeles.

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