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Vivo de alquiler y se me ha estropeado la calefacción: ¿debe de arreglarlo el casero?

El frío polar es una realidad que ha sufrido nuestro país durante los últimos días y que, todavía, sigue sufriendo. Y es que las temperaturas rozando los cero grados o incluso situándose por debajo han sido la tónica habitual en España, sobre todo en las comunidades autónomas situadas en el Norte.

Encender la calefacción se vuelve imprescindible para hacer frente a las bajas temperaturas. Sin embargo, puede ocurrir que al ir a ponerla, nos demos cuenta de que no funciona o no calienta como antes. Fugas de agua o pérdida de presión son algunas de las averías más frecuentes que pueden ocurrir. Pero, en el caso de que estropee la calefacción en una vivienda de alquiler, ¿quién es el encargado de arreglarla? ¿El casero o el inquilino?

El correcto funcionamiento de la calefacción en el hogar puede verse amenazado por numerosas averías, sin embargo, será la naturaleza de las mismas la que determinará si el casero debe hacerse cargo de la reparación o bien será el arrendatario.

El artículo 21 de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece que el arrendador "está obligado a realizar, sin derecho a elevar por ello la renta, todas las reparaciones que sean necesarias para conservar la vivienda en las condiciones de habitabilidad para servir al uso convenido". No obstante, este mismo artículo señala que esto será así, siempre y cuando el inquilino no sea responsable del deterioro o pérdida que tuviere la cosa arrendada y pueda probar que se ha ocasionado sin ser culpa suya.

En este contexto, si el sistema de calefacción se estropea por el desgaste o algún fallo técnico, el casero deberá hacerse cargo de la reparación. Si se trata de una avería provocada por un uso indebido, el coste de la reparación correrá a cuenta del inquilino.

Sin embargo, puede ocurrir que el casero se niegue a asumir la reparación pese a estar obligado a ello por la vigente normativa. Por tanto, en estos casos, el arrendatario deberá utilizar primero la vía del diálogo y, si el arrendador persiste en su negativa, podrá recurrir a la vía legal. "Entre las soluciones posibles está solicitar una reducción proporcional de la renta hasta que la calefacción esté arreglada o incluso arreglarla por cuenta propia y después reclamar el coste de la reparación al casero, deduciendo dicha cantidad del alquiler", explican desde el portal inmobiliario Pisos.com.

Además, si el problema de la calefacción genera una situación de insalubridad o hace que la vivienda sea inhabitable, el inquilino podrá considerar la resolución del contrato, siempre y cuando se haya consultado esta decisión primero con un abogado o asesor legal.

¿Qué ocurre con estas averías si el casero cuenta con un seguro?

El seguro de hogar no es obligatorio, sin embargo, muchos propietarios deciden contratarlo para que estas pólizas les protejan en caso de averías y problemas relacionados con las instalaciones de la vivienda como la calefacción. Por tanto, en caso de avería, será la compañía aseguradora la que asuma los costes de reparación o sustitución de los equipos.

Asimismo, el seguro de inquilinos, aunque está relacionado con coberturas relativas a los bienes de los arrendatarios, en ocasiones, "también pueden ofrecer cobertura para los daños causados por averías de equipos", sentencian.

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