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La nueva edad de jubilación sube desde 2025 y hasta 2027

El sistema de pensiones en España se enfrenta a cambios importante que redefine la edad de jubilación, adaptándola a las necesidades demográficas y económicas del país. Por esta razón, a partir del 1 de enero de 2025, la jubilación a los 65 años será una opción cada vez menos accesible para los trabajadores, ya que la nueva normativa eleva gradualmente la edad de retiro hasta 2027.

Para 2025, solo podrán retirarse a los 65 años quienes acrediten haber cotizado al menos 38 años y 3 meses, el resto de los trabajadores tendrá que esperar hasta los 66 años y 8 meses. Pero no acaba ahí, el umbral seguirá aumentando hasta alcanzar los 67 años en 2027 para quienes no lleguen al tiempo de cotización requerido.

La jubilación anticipada y la parcial también se endurece

Las modalidades de jubilación anticipada también experimentarán ajustes. Los trabajadores podrán optar por retirarse antes de alcanzar la edad ordinaria, disponibles desde los 63 años para quienes hayan cotizado al menos 38 años y 3 meses, pero deberán enfrentar penalizaciones económicas que varía en relación a los años cotizados.

Respecto a la jubilación parcial, el sistema también se adapta a las nuevas dinámicas laborales y a las necesidades de quienes desean complementar empleo y jubilación. Esta medida consiste en reducir la jornada laboral y percibir una parte de la pensión, una opción atractiva y de hecho, incentivada con bonificaciones en la pensión que ofrecen una alternativa para aquellos que deseen prolongar su vida laboral.

Además, cabe añadir que el Gobierno ha anunciado que, en un plazo de 18 meses, revisará la normativa que regula las jornadas laborales especiales, como las de agricultura, minería, transporte, comercio y hostelería, para adaptarlas a las nuevas condiciones.

¿Por qué sube la edad de jubilación en España?

La subida de la edad de jubilación en España responde principalmente a la necesidad de garantizar la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Con una población cada vez más envejecida y una esperanza de vida en aumento, el número de jubilados supera progresivamente al de trabajadores activos que financian las pensiones mediante sus contribuciones.

Este desequilibrio entre ingresos y gastos en la Seguridad Social pone en riesgo la capacidad del sistema para cubrir las prestaciones futuras, lo que ha llevado a implementar medidas como el incremento gradual de la edad de jubilación, además de fomentar planes de pensiones privados y ajustes en la base de cotización.

Otro factor clave es el impacto económico y social derivado del envejecimiento demográfico. En las últimas décadas, la tasa de natalidad en España ha disminuido de manera notoria, reduciendo la entrada de jóvenes en el mercado laboral. Esto, combinado con el aumento de la longevidad, genera una mayor presión sobre el sistema de pensiones.

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