El calvario del Espanyol
El mes de diciembre ha sido una pesadilla para el Real Club Deportivo Espanyol. Empezó con la eliminación en la segunda eliminatoria de la Copa del Rey ante el Barbastro, (2-0), y ha acabado con dos puntos sumados en los cuatro partidos de Liga disputados. El equipo blanquiazul es tercero por la cola con 15 puntos, tres más que Valencia y Valladolid que comparten el último puesto. La salvación está a un punto, pero es que el equipo no es capaz de solventar los problemas habituales que han lastrado su rendimiento en una temporada que ya se perfilaba complicada desde el inicio.
La puntería es una de las asignaturas pendientes del Espanyol en este curso. Según las estadísticas oficiales de LaLiga, el cuadro catalán es el que menos disparos a puerta ha realizado (42) de la competición. En la derrota ante Las Palmas sólo hubo dos disparos a puerta. El equipo suma 16 goles en los 18 primeros partidos, menos de uno por encuentro.
El equipo sufre muchísimo cuando las situaciones en los partidos se tuercen y pagan muy caros los más mínimos despistes. El vestuario nunca ha escurrido el bulto y asume que debe mejorar su versión para romper esta dinámica. Los futbolistas son conscientes de las urgencias.
Para comenzar la remontada en 2025 es imprescindible que el equipo siga sumando en casa. No ha perdido en sus últimos tres compromisos como local. Ganó al Celta (3-1) y al menos empató contra Osasuna (0-0) y Valencia (1-1). El problema más grave llega cuando ejerce como visitante. Sólo ha sumado un punto en nueve partidos. Y curiosamente fue en el campo del líder. El Espanyol empató (0-0) en el Metropolitano. Eso sí, lo hizo ante un Atlético muy diferente al de las últimas semanas.
Desde el club se vendía la visita a Las Palmas como una final, pero el Espanyol cayó por la mínima. Tras el parón navideño, los blanquiazules reciben al Leganés y al Valladolid. Sumar dos victorias es imprescindible para que el equipo no se caiga, ya que luego visita al Sevilla y recibe al Espanyol en Cornellá.
El técnico Manolo González ya ha llamado la atención sobre «cosas que empiezan a molestar», en referencia al arbitraje de César Soto Grado en Las Palmas, con los criterios «que no son normales» en cuanto a faltas señaladas, pérdidas de tiempo o protestas. También se quejó, como hizo el capitán Javi Puado al término del partido, de la colocación de la barrera, «muy alejada», en el gol que convirtió Sandro Ramírez. «Llega el gol y te vas para casa con cara de imbécil; que no hayamos puntuado aquí es una cosa alucinante, porque el equipo ha competido bien», apostilló.
González ha asegurado que el trato con el club en el día a día es «cercano y normal», por lo que no teme por su puesto, y está únicamente centrado en revertir la situación de su equipo, que cierra el 2024 en puesto de descenso, aunque a solo un punto del Getafe, que marca los puestos de permanencia. «Si el equipo estuviera muerto o se dejase ir, no haría falta que el club me dijera nada, pero no es así; estamos capacitados para sacarlo adelante y con esto vamos a ir hasta el final», aseguró el técnico. Puado llamó la atención de todos después de la derrota en Las Palmas: «Si queremos seguir el año que viene en Primera División tenemos que dar mucho más».