Un guardia civil retirado desvela por qué muchas carreteras españolas son ilegales
Es una realidad que los accidentes de tráfico se han incrementado en España de forma preocupante en los últimos meses. La mayoría se producen a causa de conducir bajo el efecto del alcohol, el consumo de drogas y el cansancio ante el volante.
Sin embargo, además de factores mecánicos y climatológicos, existe el llamado factor estructural de tránsito (caminos mal señalizados, ausencia de pintura en la carretera o de señales reflectivas, carreteras con baches, hoyos o en mal estado).
Juan Carlos Toribio, un antiguo guardia civil que dedica ahora su carrera a velar por la seguridad vial de los ciudadanos, denuncia públicamente que muchas carreteras de la red nacional son ilegales y podrían poner en peligro a la población. "Yo me he liberado, hay cosas que ahora sí puedo decir y antes obviamente me tenía que callar por cuestiones especiales. Ahora no estoy dispuesto a callarme, por tanto, la Administración tiene un grave problema: o se pone las pilas con su obligación para con el ciudadano o que recuerde que yo la conozco por dentro".
No cumplen el ancho mínimo
El ex agente desvela que muchas de las carreteras que recorren la red española son ilegales por un claro motivo: no cumplen el ancho mínimo que deben tener para ser consideradas carreteras.
En 1855 se estableció una norma técnica que exigía que las carreteras principales debían tener un ancho mínimo de 24 pasos (6,6 metros) mientras que las secundarias debían medir 20 pasos (5,5 metros), algo que ni siquiera cumplen algunas de ellas en la actualidad.
Tomando como referencia la legislación actual, los carriles deben medir un mínimo de 3,50 metros en vías de doble sentido, por debajo de esa cota la velocidad máxima debería reducirse a 40 kilómetros/hora. En las calzadas de menos de cuatro metros sólo debería permitirse el tráfico en un solo sentido, pues no existe espacio literal para que se crucen dos vehículos.
Tránsito en dos sentidos
Juan Carlos Toribio señala que existen numerosas carreteras en las que no se cumple con las condiciones necesarias y, a pesar de ello, se permite el tránsito en ambos sentidos. Este problema, que persiste desde hace varias décadas, contribuye al aumento de la siniestralidad vial. Esta situación es aún más preocupante si se considera que, según la DGT, las salidas de la vía son una de las principales causas de accidentes en carretera.
En España, actualmente existen alrededor de 165.000 kilómetros de carreteras, cuya titularidad está repartida entre el Estado, los ayuntamientos y las comunidades autónomas, siendo estos organismos los que deberían ser los encargados de garantizar que las vías cumplan con la normativa correspondiente.