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Ucrania y la UE acuerdan avanzar en el proceso de adhesión a pesar del veto húngaro

Ucrania y la Unión Europea han acordado impulsar el proceso de adhesión a pesar del veto que Hungría mantiene sobre la integración del país invadido por Rusia, centrándose en el trabajo técnico necesario para armonizar la legislación ucraniana con la de la Unión.

«Ucrania será miembro de la UE y nadie podrá impedirlo», subrayó Marta Kos, comisaria europea de Ampliación, en Leópolis, donde ministros y diplomáticos de los países del bloque se reunieron el jueves para reafirmar su apoyo a Ucrania.

Los diplomáticos de 26 países -todos menos Hungría- acordaron[[LINK:INTERNO|||Article|||69371219f22ab0e43d4c87ef||| seguir adelante con el «trabajo técnico» con Ucrania]] para intensificar de facto el proceso de negociación sobre su futura adhesión. Kos, que visitó el miércoles una central térmica bombardeada por ataques rusos, destacó que la membresía de Ucrania será mutuamente beneficiosa y se convertirá en un elemento central de cualquier plan de paz sostenible.

Continuar con las reformas requeridas, sin abrir formalmente las negociaciones, a la espera de que se supere el veto húngaro, es una vía «jurídicamente sólida» para avanzar, coincidió Taras Kachka, viceprimer ministro de Ucrania. Las partes también acordaron 10 pasos prioritarios que Ucrania debe dar para reforzar el Estado de derecho.

Ucrania aspira a completar todos los pasos necesarios para convertirse en miembro de la UE en un plazo de 24 meses, subrayó Kachka. Añadió que podría ocurrir incluso antes, dada la negociación en curso sobre un posible plan de paz en el que la adhesión a la UE se considera parte de las garantías de seguridad que busca Kiev.

La UE goza de una gran confianza en Ucrania, donde la mayoría de la población la asocia con una posible prosperidad y mayor seguridad. Aunque el 40 % de los ucranianos cree que la UE podría hacer más para ayudar en la defensa contra Rusia, la mayoría expresa gratitud por el apoyo constante, especialmente en un contexto de presiones y escaso respaldo por parte de Estados Unidos.

A pesar de la decepción con Hungría, cuyo gobierno calificó la reunión como "un espectáculo pro-guerra", el ambiente fue de cauteloso optimismo en la sede del encuentro, el Ayuntamiento de Leópolis. El representante español, el secretario de Estado Fernando Sampedro Marcos, declaró a EFE que espera que la posición de Budapest pueda volverse «más flexible».

Muchos ucranianos vinculan sus esperanzas de ingreso en la UE con las elecciones parlamentarias que Hungría celebrará la próxima primavera. Aun si Viktor Orbán, considerado el político más prorruso de la UE, sigue en el poder, enfrentará una presión cada vez mayor por parte de otros países, afirmó la ministra danesa Marie Bjerre. Si Budapest sigue oponiéndose, sería un «uso indebido» del derecho de veto, subrayó también la comisaria Kos.

Al mismo tiempo, Ucrania espera decisiones más urgentes de la UE. El país invadido necesita tropas, fondos y armas para defenderse de Rusia, escribe el analista militar ucraniano Mikola Bielieskov.

Es evidente que los europeos no enviarán tropas a combatir en Ucrania y que su producción de armamento es limitada. Sin embargo, la incapacidad de acordar el uso de los activos rusos congelados para ayudar a Ucrania en este momento crítico, ante la oposición de Bélgica, sería desastrosa, advierte Bielieskov. Aun así, el representante polaco Ignacy Niemczycki dijo en Leópolis que es «optimista» respecto a la decisión sobre los fondos rusos.

Mientras el presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó el jueves que su ejército sigue «avanzando con confianza» en el campo de batalla, su homólogo ucraniano siguió lidiando con el intento estadounidense de imponer un plan de paz plagado de dolorosas concesiones territoriales y de otro tipo.

Volodímir Zelenski reveló a los periodistas que quedan muchos asuntos sin resolver, en particular el destino de la parte de la región de Donetsk que Ucrania aún controla. Según el plan estadounidense, las fuerzas ucranianas se retirarían de esos territorios, que se convertirían en una zona «desmilitarizada», mientras las tropas rusas mantendrían sus posiciones. Kiev, por su parte, sostiene que un compromiso exigiría concesiones de ambas partes, no solo de Ucrania.

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