Telón
Hay un momento, al final del verano, en que el sol del atardecer ilumina un rincón del porche, o la silueta de una higuera, o el cantil de un desgalgadero, o la orilla solitaria de una playa, o cualquier otro lugar donde aún flotan los mejores recuerdos de las vacaciones, y la luz crepuscular, cobriza y gelatinosa, se derrama sobre esa imagen instantánea, como el barniz de un lienzo, y la convierte en una evocación indeleble. Ese es el momento exacto en que comienza la despedida. Sé por José Luis... Читать дальше...