A Pamela Anderson la ha resucitado Gia Coppola, sobrinísima de Francis Ford, en la película 'The Last Sowgirl' , donde Pamela concreta el papel de una vieja gloria de los espectáculos eróticos de Las Vegas, hoy en clara decrepitud entre los casinos virtuales y las discotecas siderales. Algo hay, en Pamela, de esa mujer de oficio desabrochado, aunque Pamela vive su biografía de agitación como una lejanía, donde fue chica Play Boy, mito sexual, y una guapa, en general, de las que asoman en los cumpleaños de los millonarios con el corazón de yate.