La llegada de Donny van de Beek al Girona el pasado verano generó tantas expectativas como, para algunos, dudas. A sus 26 años, el neerlandés parecía una promesa apagada tras cuatro temporadas marcadas por la irregularidad en el Manchester United, las lesiones y los escasos minutos en cesiones al Everton y el Eintracht Frankfurt. Sin embargo, su fichaje por medio millón de euros más variables comienza a justificarse con creces, y su rendimiento en Montilivi empieza a convencer de buena manera al respetable.