Cómo identificar y aliviar los síntomas de gripe y resfriado en perros

No solo los humanos pueden enfermarse debido a los cambios bruscos de temperatura

A nuestros perros les gusta salir a pasear, sin importar si hace mucho calor o mucho frío. Sin embargo, no solo los humanos pueden enfermarse debido a los cambios bruscos de temperatura en invierno... los perros también pueden constiparse o contraer una especie de gripe canina. Si sospechas que tu perro está enfermo, lo ideal es llevarlo al veterinario para obtener un diagnóstico preciso. Sin embargo, aquí te ofrecemos algunos consejos para identificar los síntomas y aliviarlos:

¿Gripe o catarro?

La gripe canina es una enfermedad viral asociada a la Bordetella Bronchiseptica, conocida como "tos de las perreras". Esta enfermedad afecta principalmente al sistema respiratorio de los perros y sus síntomas más característicos incluyen una tos seca y fuerte, náuseas y arcadas. Esta enfermedad es altamente contagiosa entre los perros, ya sea a través del aire, el contacto con otros perros, el contacto con las excreciones de otros perros o el uso compartido de juguetes.

En el caso del catarro o resfriado, en un perro y en un ser humano es básicamente lo mismo. Por ese mismo motivo, es muy sencillo para nosotros reconocer los síntomas: estornuda continuamente, tiene algunas dificultades para respirar, tiene congestionada la nariz, se encuentra bajo de ánimo y no tiene demasiado apetito, (...). En algunos casos más graves, puede llegar a presentar algunas décimas de fiebre (su cuerpo suele estar entre los 38º y los 39ºC).

¿Cuál es el tratamiento?

Tanto la gripe canina como el resfriado son enfermedades autolimitadas. Eso significa que los perros suelen recuperarse sin problemas y sin necesidad de ningún tratamiento. Nuestro perro simplemente se quedará durante unos días en 'estado de reposo' hasta que se recupere definitivamente. Sin embargo, sí que hay unas cuantas cosas que podemos hacer para ayudarle a superarlo:

1. Independientemente de si lo sufren los perros o los humanos, uno de los síntomas más molestos de las enfermedades respiratorias es la dificultad para respirar y la congestión nasal. Para eliminar el exceso de mucosidad, el mejor remedio casero es meternos en el baño con el perro y abrir el grifo del agua caliente durante unos minutos. De esta forma, el vapor de la habitación ayudará a que el perro expulse el exceso de mucosidad y, por lo tanto, a que respire mejor. Con diez minutos es más que suficiente. Recuerda, eso sí, secar completamente al animal para que no se enfríe al salir del baño.

2. Los perros se vuelven muy sensibles a las bajas temperaturas durante el resfriado. Por ese motivo, debemos procurar que esté siempre caliente. Lo podemos hacer con mantas o acercando su cama a un radiador o a una chimenea. También debemos evitar bañarle en estos días.

3. No obligarlo a salir a la calle... y aunque el perro quiera salir, somos nosotros quienes debemos elegir cuál es el mejor momento del día para hacerlo. Debemos sacarlo a pasear durante las horas menos frías del día y preferiblemente poniéndole algo de abrigo.

4. Vigilar que siempre tenga agua a su disposición. Si observamos que no está bebiendo lo suficiente, podemos quedarnos tranquilos echando un poco de caldo de pollo en el agua... así seguro que se mantiene hidratado.

5. También debemos animarle a comer. Estar bien alimentado hará que la enfermedad se disipe rápidamente. Por eso, nuestro trabajo es pelear contra su falta de apetito. Y para conseguirlo, tenemos que hacer acopio de todas nuestras armas. Algo que siempre funciona es cocinarle a nuestro perro, por ejemplo, un combinado de arroz hervido y pollo a la plancha.

Si observamos que nuestro perro no mejora o tiene fiebre persistente, se recomienda acudir al veterinario para evaluar las diferentes opciones de tratamiento disponibles. El veterinario podrá realizar un examen exhaustivo para determinar la causa subyacente de la falta de mejoría y recomendar el mejor curso de acción. Podría prescribir medicamentos antiinflamatorios, antitusígenos para calmar la tos o antibióticos en caso de infección bacteriana. También es posible que se recomiende un cambio en la alimentación o la implementación de terapias complementarias.