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El juez envía a juicio a Rubiales por el beso a Jenni Hermoso con Vilda, Luque y Rivera por las presiones

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, Francisco de Jorge, ha propuesto enviar a juicio al que fue presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, por el beso «no consentido» que propinó de forma «unilateral y sorpresiva» a la jugadora de la selección Jennifer Hermoso en el medallero de la final del Mundial en Sídney, el pasado agosto, y las presiones que habría desplegado sobre ella a continuación para que restara importancia al asunto. Por esa parte de los hechos, acuerda continuar la causa también contra el director deportivo de la selección masculina, Albert Luque , el ex entrenador de la selección femenina Jorge Vilda y el responsable de marketing de la Federación, Rubén Rivera: concluye que se desplegó «una acción concertada de los tres, acordada con Luis Manuel Rubiales Béjar para doblegar la voluntad de Jennifer Hermoso». En un auto notificado este jueves, expone que «la instrucción ha revelado la existencia de sólidos indicios de que el beso a la jugadora Jennifer Hermoso no fue consentido y fue una iniciativa unilateral y sorpresiva del investigado Luis Manuel Rubiales» y la finalidad erótica o no, o el estado de euforia y agitación experimentado como consecuencia del extraordinario triunfo deportivo que aducía él, habrá de valorarse en el el juicio. Noticia Relacionada 'Caso Rubiales' estandar Si Jenni Hermoso relata al juez el «atosigamiento» tras el beso «no consentido» de Rubiales Isabel Vega La futbolista reitera que fue sometida a presiones en la que podría ser la última declaración del caso En este sentido, no entra a calificar qué tipo penal sería aplicable y abre la puerta a que sea considerado un ilícito leve porque dice, su función «se limita a apreciar que existen indicios suficientes de la comisión de los hechos narrados en este auto y que esos hechos son relevantes penalmente, siendo por ello perfectamente sostenible una acusación». Sí deja escrito que ese beso en los labios «afecta a la esfera de la intimidad reservada a las relaciones sexuales, en particular en el contexto de dos personas adultas» y que las presiones posteriores de las que aprecia igualmente indicios, podrían ser constitutivas de infracción penal en conexión con ese hecho, «incluso con independencia de que pudiera, eventualmente, tener naturaleza de delito leve». Para el juez, ha quedado indiciariamente acreditado que en el medallero de la final de Sídney, el que era presidente de la RFEF «sujetó la cabeza de Jennifer Hermoso con ambas manos, a la altura de los oídos, y de manera sorpresiva e inesperada propinó un beso en los labios de la jugadora, que no se apercibió de la intención del querellado de besarla en los labios ni dio su consentimiento para ello». Hermoso «no tuvo tiempo de reaccionar» «Jennifer Hermoso, desconcertada y sorprendida por el inesperado beso en los labios, no tuvo tiempo de reaccionar. La jugadora trató de restarle importancia en un primer momento y continuar celebrando el histórico triunfo de la selección. No obstante, conforme iban pasando las horas, la euforia del triunfo fue dando paso al malestar y al sentimiento de haber sido ofendida por la acción antes relatada, malestar que fue en aumento ante las presiones de Luis Manuel Rubiales Béjar y de su círculo próximo para que públicamente manifestase que el beso había sido consentido», relata el auto. Recoge que en el vuelo de regreso a España de la selección española, Rubiales «trató de conseguir» que ella «accediese a hacer una manifestación pública, realizada conjuntamente con él, afirmando que el beso había sido consentido, a lo que la jugadora se negó, expresando su malestar» y, «tras pedir consejo a su equipo técnico, pidió a Jorge Vilda que hablase con el hermano de la querellante para convencerla». «Vilda buscó en el avión, de la compañía Iberia y bandera española, a Rafael Hermoso y en el curso de la conversación le advirtió de que si su hermana no accedía a participar en el vídeo, su negativa tendría consecuencias negativas para ella y experimentaría perjuicios en su carrera profesional como futbolista«, dice la resolución. Las presiones, «por encargo de Rubiales» Para el juez, hay también indicios suficientes de que al regresar a España «y por encargo de Luis Rubiales», Rivera, que se encargaba de la logística del viaje que las jugadoras hicieron a Ibiza, «pidió a Jennifer Hermoso, de manera reiterada y persistente que hablase por teléfono con el responsable de integridad de la Federación». «A pesar de la clara negativa de Jennifer Hermoso, con expresión de su hartazgo, Rubén Rivera le insistió de manera reiterada para que hablase con Albert Luque también con la intención de insistirle para que participara en el vídeo», relata el auto, que incluye los «persistentes requerimientos» del mismo responsable de márketing sobre una amiga de la jugadora «para que la convenciera». El relato, que da así más credibilidad a la versión que expresaron las jugadoras como testigos que a la de los investigados, refiere que «ante las reiteradas negativas, Albert Luque se personó en el hotel intentando forzar a Jennifer a hablar con él para convencerla de participar en el vídeo» e «insistió por medio de whatsapp» a la propia jugadora y «personalmente, durante aproximadamente media hora» a su amiga para que hablase con él. «Finalmente, ante la rotunda negativa, Albert Luque envió un mensaje de whatsapp a la amiga de Jennifer, insistiendo en su petición de ayuda para justificar la conducta de Luis Rubiales expresando su enfado, acusándola de mala persona, deseándole que se encuentre muy sola en la vida y anunciándole que se alegrará de que eso suceda», añade el instructor.

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