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Getafe - Real Madrid (0-2): Joselu es el líder

Los porteros que no pueden coger el balón con las manos, las camisetas con números que superan el 11, los multimillonarios que compran clubes, el VAR... el fútbol cambia, no mucho, pero va variando al ritmo de los tiempos, para muchos perdiendo la esencia, lo que sería la relación entre el equipo y los aficionados, esa manera de indentificación y de crear comunidad, El fútbol, en fin, varía, no está claro si avanza o retrocede, si se pierde o si toma más mercado, si está cerca de la expansión o de la explosión, pero puede que, cambie lo que cambie, el fútbol siempre existirá cuando haya un futbolista que ponga un balón desde la banda y un delantero centro que remate de cabeza. No hay algo más sencillo, con más historia, una acción tan repetida, tan indescifrable para los defensas: la puso Lucas Vázquez, dudó Soria, no midió bien el central y saltó Joselu, como saltaba Hugo Sánchez y Santillana y Pirri y Di Stéfano y remató abajo, cruzando el balón.

Y al Madrid, al que, como a todos los equipos que van a jugar al Coliseum, contra el Getafe de Bordalás. No había ganado nadie esta temporada y le esperaba un partido lleno de trampas, de tiempos muertos y largos y guerrillas, puso de cara el encuentro y desde entonces todo fue cuesta abajo. Era un día peligroso para el conjunto blanco, que sabe que tiene LaLiga a mano en los siguientes compromisos o también dar aire a los que viene detrás. Tenía que llegar a los duelos contra el Atlético y el Girona con ventaja en la tabla para salir del mes de febrero disparado y con el asunto de la clasificació resuelto. Tropezar en Getafe hubiese sido un incordio y una razón para alimentar dudas. Quizá por eso, quizá tambié porque era el día para ponerse como líder en solitaro, el Real Madrid jugó uno de los partidos más serios del curso, un golpe de mano después de los despistes (solucionados al final) que tuvo contra el Almería y en Las Palmas.

Nada de eso pasó en Getafe, con un Madrid que solucionó cualquier problema con el gol de Joselu y con un orden y criterio que delata a un equipo convencido de lo que tiene que hacer y dónde tiene que hacerlo: qué partido exigen seriedad y concentración.

Ancelotti hizo cambios en el centro del campo, donde siempre, para que jugase Modric y también en ataque, para dar minutos a Joselu. No pudo ser más acertada la decisión. Ahora Joselu ha puesto en un brete a su entrenador: ahora la titularidad de Rodrygo no parece tan claro en el ataque blacno. Joselu ofrece una serie de alternativas que no tiene el Madrid cuando juegan los dos brasileños. La principal es que los balones al área tienen un sentido. Joselu lo remató todo y casi todo bien. Pocos jugadores tan poco apreciados cuando fueron fichados y pocos con tan buen rendimiento y tan bien acoplados a su papel: no protagonista, pero sí fundamental para el buen desarrollo de la temporada. Los cursos son muy largos y siempre se necesita un plan B que durante algunas fases pueda ser el plan A.

 

En eso está Joselu ahora. Marcó el tanto de cabeza en la primera mitad, pudo hacer un par de ellos en otros remates y cerró el partido mediada la segunda mitad con otro gol, distinto al primero. Esta vez fue con un excelente juego de pies, buscando el pie contrario del defensa y rematando duro, fuerte y raso.

El Getafe fue el Getafe durante 30 segundos: al empezar cuando en la primera jugada del choque, Vinicius se llevó un manotazo en la cara. La típica jugada (ay, también del fútbol de siempre) con la que los defensas marcan territorio, pintan una línea en el campo para dejar claro lo que puede pasar si el delantero se atreve.

Como si a Vinicius eso le preocupase o le hiciese pensar: él va y va, reciba lo que reciba. No fue el más decisivo Vini, aunque dio el segundo gol a Joselu. El delantero fue el más decisivo, pero lo que destacó fue el juego colectivo e implicado de todo el equipo para jugar y no dejar jugar al rival.

El Getafe pasó la primera parte sin saber qué hacer, desorientado y mal situado. Sólo en la segunda mitad, cuando Bordalás hizo tres cambios, el equipo local mostró la intensidad que se le suponía. Fue cuando Greenwood cambió de banda y cuando el Madrid ya no tenía a Rüdiger, que se llevó un golpe y puso el corazón un puño a los madridistas. El equipo va como un tiro, pero no puede lesionarse ningún central.

Con el Getafe más activo, el partido fue más divertido, con Lunin por fin apareciendo y el Madrid dispuesto a aceptar los golpes. Puede jugar todo tipo de partidos. Y ganarlos.

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