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El Seis Naciones o cuando la vida es dura sin Johnny ni Toto

El torneo de las Seis Naciones comienza en el Velódromo de Marsella con un partido que casi podría considerarse una final anticipada. En las dos últimas ediciones, en efecto, el duelo entre Francia e Irlanda deparó al campeón invicto –los galos en 2022 y los verdes el año pasado– y ambos quinces, además, afrontan el torneo con ánimo de revancha: el otoño pasado, se habían citado en París para la final del Mundial, aspiración legítima de las dos mejores selecciones del cuatrienio, pero un sorteo endemoniado estropeó la esperada fiesta del rugby europeo porque Nueva Zelanda y Sudáfrica, las eliminaron en dos duelos decididos por una mísera diferencia y extendieron la hegemonía del Hemisferio Sur.

Fabien Galthié y Andy Farrell, los seleccionadores, han mantenido los bloques mundialistas apoyados en la evidencia de que no deben desviarse del camino que los ha acercado al 90 por ciento en porcentaje de victorias por un cuarto de final contra una superpotencia en el que la moneda cayó del lado equivocado. Pese a ello, franceses e irlandeses afrontan este torneo sin sus respectivos capitanes, estrellas y jugadores más influyentes. Johnny Sexton, máximo anotador de la historia del Seis Naciones (566 puntos), se retiró tras el Mundial. Toto Dupont, MVP en tres de las cuatro últimas ediciones, prepara los Juegos de París con la selección de rugby 7, la modalidad olímpica. Jack Crowley, el talentoso apertura de Munster, y Maxime Lucu, el potente medio melé del Begles-Burdeos, lucirán la camiseta verde con el 10 y la azul con el 9 porque… alguien debe hacerlo: suplir a Sexton y a Dupont es imposible.

En el capítulo de lesionados, ambas escuadras añoran a gente importante como el ala irlandés Mack Hansen o el segunda línea francés Emmanuel Meafu, entre otras ausencias, aunque el excepcional trabajo de las dos federaciones en la formación hace que los seleccionadores dispongan de un vivero casi inagotable de jugadores de alto nivel. Francia, de hecho, ha ganado los tres últimos Mundiales sub’20 e Irlanda es la única selección juvenil que le compite en Europa.

Todo lo dicho no significa que las otras cuatro selecciones se resignen a un papel de comparsa, ni mucho menos. El tercer favorito en discordia es Escocia, cuyo juego fluido de la mano de Greg Townsend le ha granjeado el sobrenombre de «los All Blacks del Norte». Ali Price y el mago Finn Russell conforman la pareja de medios más sólida del Europa y son la plataforma de lanzamiento ideal para una tres cuartos supersónica: Huw Jones. Graham Darcy, Sione Tuipulotu, Duhan van der Merwe, Blair Kinghorn… son la pesadilla de cualquier defensa. Única semifinalista europea del Mundial, la siempre competitiva Inglaterra no contará este año con su referencia, Owen Farrell (hijo del seleccionador irlandés), pero confía en que su pregonado sucesor, el ya no tan joven Marcus Smith, lidere a una nueva generación que apuesta por alegrar el estilo tradicionalmente pedernal del XV de la Rosa.

Italia, con el argentino Gonzalo Quesada como novedad en el banquillo, tratará de continuar la línea ascendente de los últimos años, en los que ha logrado algún triunfo meritorio, mientras que el eterno Warren Gatland seguirá siendo la principal baza de una Gales que se aferra al carácter de su seleccionador para frenar la caída de un rugby que ya no produce jugadores de alto nivel.

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