La transición energética no merma el atractivo del negocio de las gasolineras y dispara las compras en el sector
En apenas dos meses, las dos cadenas de estaciones de servicio "low cost" más importantes de España han cambiado de propietarios. A mediados de noviembre, Cepsa anunció la compra de la red de estaciones de servicio de Ballenoil, formada por más de 220 establecimientos. Ya en enero, los fondos de inversión Tensile Capital Management y Portobello Capital firmaron la entrada en el capital de Plenoil, que cuenta con otras 224 gasolineras, para tomar una participación de control.
Aunque la agenda política quiera imponer la transición energética y la descarbonización de la economía como prioridades, al menos en Europa; lo que las compras tanto de Plenoil como de Ballenoil han puesto de manifiesto es que, como aseguran desde el sector, el negocio de la gasolina sigue siendo atractivo, rentable y tiene recorrido por delante. "Que dos fondos de inversión hayan entrado en Plenoil significa que es un negocio rentable porque estas sociedades no se casan con nadie. Ven que se trata de un sector robusto y con un futuro interesante", asegura un directivo con muchos años de experiencia en el negocio de las estaciones de servicio.
"Los fondos de inversión no entran en activos que no sean de interés y que les den rentabilidad", coincide Manuel Jiménez Perona, presidente de la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae).
Aunque ambas operaciones guardan la similitud de tener como protagonistas a compañías "low cost", lo cierto es que Víctor García Nebreda, secretario general de la Agrupación Española de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles (Aevecar) y de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de la Comunidad Autónoma de Madrid (Aeescam), considera que es osado pensar que se han cerrado porque este modelo de negocio sea más atractivo que el de las estaciones de servicio tradicionales. Sencillamente, cree Nebreda, eran las que estaban en el mercado y resultaban atractivas. "Hubo un tiempo en que las gasolineras de Galp estuvieron a la venta. Ahora ya no lo están. Pero si saliesen al mercado, se comprarían. O las de Disa", añade el directivo antes citado.
Puntos estratégicos
Nacho Rabadán, secretario general de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (Ceees), cree que, a la postre, tanto las administraciones como los empresarios se han dado cuenta de que "las estaciones de servicio son lo que son y están donde están por algo: tienen los mejores accesos, emplazamientos, servicios...". En este sentido, Rabadán considera que, incluso en un escenario de transición energética, plantearse levantar redes paralelas para cada energía, ya sea electricidad o hidrógeno, "es ineficiente". Máxime, cuando "ya existe una como la de las estaciones de servicio". Amén, añade, de que en el futuro "no habrá una bala de plata energética y convivirán muchas formas de movilidad, incluidos los combustibles".
"El negocio de la energía para movilidad seguirán estando. Y el dinero lo huele y compra lo que está disponible", añade el directivo.
En lo que todos los consultados coinciden es que, en el contexto actual, resulta complicado que se puedan a priori repetir operaciones como las de Ballenoil o Plenoil. "Del estilo de Ballenoil o Plenoil no hay muchas más por tamaño", asegura García Nebreda. Su plan de negocio se basa en ofrecer precios más bajos gracias al ahorro de costes en personal y a un modelo de franquicia con sistema llave en mano comprando combustible más barato. Pero para que funcione, añade el directivo de Aeescam y Aevecar, "necesitas un número de gasolineras importante que resulte importante a los inversores. Si tienes cien, puedes vender el paquete", dice. Pero, en estos momentos, no parece que haya ningún operador en el horizonte con tal volumen de gasolineras.