La ventilación y el tratamiento de la calidad del aire son claves para la lucha contra el gas radón
El gas radón es un gas noble, incoloro, inodoro e insípido
que emana del terreno, especialmente en zonas graníticas. Una vez emanado del
suelo pasa al aire, donde se desintegra generando otras partículas. No sería
mayor problema de no ser porque, además, es un gas radioactivo y la exposición
continuada a este elemento radiactivo es la primera causa de cáncer de pulmón
en personas no fumadoras.
Ante esta situación, LA RAZÓN y Murprotec han celebrado una
mesa redonda en la que han intervenido tres expertos en la materia. Moderados
por la periodista Eva Rull, redactora de A TU SALUD, el suplemento de salud de
LA RAZÓN, el debate ha tenido como protagonistas a Ángel Cano Cerrada, director
de Murprotec Madrid, a la doctora Sara Cristina González, del Servicio de
Oncología Médica del Hospital Universitario La Luz y al arquitecto Javier
Alonso Gutiérrez.
Una vez hechas las presentaciones, y para comenzar el
debate, la moderadora preguntó a los ponentes sobre la situación actual de la
sociedad y la normativa respecto al gas radón. En primer lugar, tomó la palabra
Ángel Cano, que explicó que “hoy hay mucha más conciencia sobre el gas radón
que antes, pero aún tenemos mucho trabajo por delante”, comentó. “Hoy en día
existe un porcentaje relativamente grande que está muy concienciado y formado
respecto al radón, pero también hay una gran parte de la población que lo
desconoce por completo. Por eso es muy importante acciones divulgativas como
esta mesa redonda para dará a conocer esta realidad que afecta, y mucho, a las
personas”.
Javier Alonso explicó en su primera intervención cómo la
normativa a avanzado respecto al radón. “Desde el año 2020 hay una normativa
explícita para nuevas obras en la que se deben hacer mediciones y controles del
gas radón, y se trata de una normativa que garantiza una seguridad ante la
exposición al gas”, explicó. Sin embargo, para este experto arquitecto el
problema está en los edificios ya construidos, pues la solución, aunque válida
teóricamente, es muy compleja de llevar a cabo. “No podemos olvidar”, comentó
Alonso, “que el gas radón emana del suelo, por lo que es muy complejo tratar un
edificio desde abajo”, aunque no descartó opciones viables y accesibles para la
reducción de concentración de gases en los edificios, como la ventilación de
las estancias.
Por su parte, la doctora Sara Cristina González puso el
acento en la afección que este gas tiene en las personas. “El gas radón es la
primera causa del cáncer de pulmón en personas no fumadoras en los lugares
donde se ha detectado mayor presencia del gas”, explicó la doctora. Además del
cáncer de pulmón, también produce tumores cutáneos (no melanomas).
¿Dónde hay mayor concentración de gas radón?
Según estudios elaborados por el CSIC y el CSN, las zonas de España donde más concentración de gas radón existe son Galicia, Extremadura, Castilla y León y algunas zonas del norte de la Comunidad de Madrid. Dentro de estas áreas, el interior de los edificios es el lugar perfecto para la acumulación del radón, sobre todo en sótanos y plantas bajas, con mayor incidencia si tienen una mala ventilación. El Plan Nacional contra el Radón dictamina que la acumulación de este fluido debe ser inferior a 300Bq/m3 en interiores. Murprotec ha trabajado conjuntamente con el CSIC para elaborar sistemas de ventilación y purificación del aire en estos espacios, y fruto de esta colaboración han desarrollado la CTA (Central de Tratamiento del Aire), un sistema de ventilación continua que recoge, presuriza y purifica el aire recogido del exterior (el de mejor calidad) para introducirlo en loas edificios o estancias requeridos, mejorando la calidad del aire del interior y eliminando los riesgos de la inhalación de gases nocivos para la salud de las personas.
“El desarrollo de la CTA comenzó como un tratamiento para
las humedades, pero tras contactar con el CSIC para la medición de gas radón
pudimos comprobar que, además, podíamos adaptar nuestra CTA para tratar los
casos de acumulación de gas radón en espacios cerrados o mal ventilados”,
comentó Ángel Cano. La CTA de Murprotec demostró su efectividad en todos los casos de estudio planteados por el CSIC y es 100%
efectiva para reducir a niveles inferiores de 300Bq/m3 la concentración de
radón en espacios cerrados.
Posibles soluciones
En cuanto a las soluciones que se pueden adoptar para
reducir los niveles de gas radón en edificios y viviendas, Javier Alonso quiso
diferenciar entre construcciones de nueva ejecución y edificios ya construidos.
En los primeros, según Alonso, “el Código Técnico de la Edificación establece
ya las garantías para asegurar los niveles óptimos de gas radón, llegando a
niveles incluso inferiores, pues los aislamientos están preparados para
soportar acumulaciones de hasta 300Bq/m3, pero realmente la cantidad de gas que
sobrepasa esta barrera es inferior”, comentó Alonso.
En cuanto a las construcciones ya ejecutadas, la solución es
más compleja. “Existen actuaciones teóricamente viables, pero muy difíciles de
llevar a cabo, como la despresurización del suelo. Sin embargo, lo más eficaz y
sencillo en muchos casos pasa por una correcta ventilación”, según Alonso.
Ángel Cano recogió este testigo para explicar cómo el tiempo
atmosférico influye de manera activa en las emanaciones de gas, pues establece
diferencias, a veces grandes, entre la presión del aire y la presión del
terreno. “Las bajas presiones producen menos emanaciones. También, la porosidad
del terreno es determinante, pues una acumulación correcta de humedad en la
tierra hace que la emanación de radón a la atmósfera sea menor”.
Actuaciones pertinentes
Llegados a este punto del debate, Rull planteó cómo se
debería actuar ante la presencia del radón. Sara Cristina puso el acento en los
colegios e institutos. En su opinión, todo plan estratégico por parte de
administraciones o ayuntamientos debería tener los centros escolares en el
primer puesto, pues “los niños y adolescentes, por su etapa de desarrollo, son
más sensibles a las partículas alfa desprendidas del radón, que afectan al ADN
y pueden provocar el desarrollo del cáncer de pulmón en etapas más tempranas”,
comentó. Ante esta situación, Javier Alonso coincidió con la doctora, abogando,
además, que “la normativa prohíbe que se ejerzan actividades docentes en
sótanos, por lo que la ventilación de las aulas puede hacerse más fácilmente”.
Javier Alonso expuso, como conclusión, que se podrían llevar
a cabo sucesivas mediciones en las construcciones para garantizar los niveles
de radón a través de los años, lo que, además, garantizaría una correcta
aplicación del código técnico. Sin embargo, para las construcciones ya
ejecutadas “hace falta un plan específico para tratarlas de manera eficiente y
correcta”.
Sara Cristina González concluyó con un llamamiento a las
autoridades, pues “el radón no es un tema menor. Tenemos evidencias científicas
de lo que provoca en las personas y, si se hizo con el tabaco, también hay que
concienciar a la sociedad de los efectos nocivos del radón y de su alto riesgo
perjudicial para la salud”, concluyó.
Por último, Ángel Cano abogó por la puesta en marcha de una
colaboración público-privada y puso como ejemplo el caso de éxito que han
llevado a cabo el CSIC y Murprotec. “En Murprotec somos pioneros en el estudio
y la puesta en marcha de acciones para luchar contra el gas radón, poniendo
como objetivo la salud de las personas y su calidad de vida por encima del
negocio”.
Esta reflexión fue el broche perfecto para esta interesante
mesa de debate. Eva Rull agradeció la presencia de los ponentes y de las
personas que pudieron seguir el debate a través del streaming emitido en la
página web de LA RAZÓN, y con ello se dio por finalizada la sesión.