El gasto sanitario insuficiente en España genera desigualdad en la atención a los pacientes
Un informe del Consejo Económico y Social de España (CES) pone el foco en la íntima relación existente entre la salud y las condiciones socioeconómicas, territoriales y de género. De forma general, el nivel asistencial está supeditado al gasto en Sanidad, y nuestro país presenta un déficit muy importante en esta materia, ya que el gasto para esta partida en España es inferior a la media europea.
Aunque de forma general el Sistema Nacional de Salud (SNS) presenta unos resultados «muy favorables» en salud y esperanza de vida según el documento del CES, también se observan muchos desequilibrios según el lugar de residencia, el nivel adquisitivo o incluso el género.
La situación es «especialmente crítica» en lo que respecta a la Atención Primaria, que debe ser «el verdadero eje del sistema», así como el estado alarmante de las listas de espera.
En este aspecto, las diferencias socioeconómicas provocan que haya intervalos «de tres a seis consultas por habitante y año». Por este motivo el informe del CES propone aumentar el número de profesionales sanitarios y mejorar las condiciones laborales, de estabilidad y atracción de talento, así como reducir la temporalidad, informa Ep. «Las condiciones laborales son disuasorias, hay dificultades de conciliación, y temporalidad de contratos», ha subrayado el presidente de la Comisión de Trabajo del CES, Félix Martín.
Las desigualdades se hacen muy palpables en lo que respecta a la salud mental, sobre la que los expertos consideran que «se debe mejorar la equidad en el acceso a los servicios», ya que dos de cada diez consultas se atienden en la sanidad pública frente a ocho de cada diez que se que se atienden en la sanidad privada, para quienes pueden permitírsela.
El informe muestra que, aunque la asistencia privada es todavía un fenómeno minoritario en nuestro país, «está creciendo en las últimas décadas, aunque con diferencias territoriales entre comunidades autónomas y a nivel socioeconómico», según ha manifestado Félix Martín.
«La cobertura sanitaria mixta, es decir, pública y privada, es más frecuente en la población de ingresos más altos, edades intermedias y con un nivel de estudios superiores. El 85% de la población depende exclusivamente de la sanidad pública, mientras que un 14% tiene una cobertura mixta», indica.
Los ciudadanos muestran su preocupación ante el progresivo deterioro que se observa en el sistema sanitario público, para lo que el informe del CES considera fundamental centrarse en tres aspectos fundamentales: la universalidad del sistema, la extensión de la cartera de servicios, y la clasificación y profesionalidad de los recursos humanos.
Con el objetivo de acabar con las desigualdades entre la población y mejorar la equidad en el acceso a los servicios sanitarios, el texto propone «avanzar hacia una efectiva universalidad del Sistema Nacional de Salud, desligando el acceso a la atención sanitaria de la condición de aseguramiento de la Seguridad Social, avanzando en la integración de subsistemas de protección sanitaria y garantizando un acceso equitativo a los servicios, especialmente para grupos vulnerables».
Otro de los aspectos que destaca el documento es el importante reto al que se enfrenta el SNS: el aumento de la cronicidad de las patologías, para lo que propone «abordar el tránsito desde un modelo basado en la atención a pacientes agudos a otro orientado a la gestión de la cronicidad».
«El aumento de la esperanza de vida va acompañado del aumento de la enfermedad crónica, especialmente en las mujeres. Esto nos lleva a una apuesta decidida por la prevención», según afirma Félix Martín.
Retos concretos
En el ámbito de la prevención, el Consejo Económico y Social pone el foco en dos enfermedades concretas: las del aparato circulatorio y el cáncer, ya que en muchas ocasiones su aparición responde a estilos de vida no saludables que se pueden evitar. No obstante, el documento apunta que «el sistema sanitario por sí mismo no tiene capacidad para afrontar ese reto». En este sentido, «la efectividad de las políticas de salud pública exige el compromiso de actuar sobre los principales determinantes de salud, con planes interdepartamentales de salud pública, con altos niveles de colaboración y coordinación».
Asimismo, la entidad considera que se debe «adaptar el sistema a una población cada vez más envejecida y reforzar las estructuras de Atención Primaria y salud pública, así como la escasez de recursos humanos y su envejecimiento». También se debe adaptar a la digitalización, las nuevas tecnologías y terapias avanzadas y la Inteligencia Artificial.