Mamá Peleteiro, bronce en triple salto en el Mundial de Glasgow
Quince meses estuvo Ana Peleteiro lejos de las pistas de atletismo. Tras su espectacular medalla de bronce en los Juegos de Tokio el siguiente paso en su vida fue ser madre, pese a que el ciclo olímpico esta vez es más corto de lo habitual. La pandemia llevó la cita de Japón al verano de 2021 (se tenía que haber disputado en 2020), por tanto es un año menos, sólo había tres hasta París 2024. En diciembre de 2022 nació Lúa, la hija de Ana. En marzo de 2024 Peleteiro volvía a una gran competición internacional, el Mundial en pista cubierta de Glasgow, en el que conquistó la medalla de bronce en triple salto, con 14,75, sólo superada por Thea LaFond, la atleta de Dominica que superó los 15 metros (15,01) y por la cubana Leyanis Pérez Hernández, que hizo 14,90 y que era la gran favorita, en ausencia de la intocable y sensacional Yulimar Rojas, que se ha saltado este campeonato pensando en el aire libre.
La medalla es además otra muestra de reafirmación para la atleta gallega, que confesó que tuvo un regreso duro a las pitas después de dar a luz. “El 20 de diciembre de 2022 me estaban abriendo siete capas de abdomen para ver a mi niña por primera vez. Hoy, gracias al trabajo específico que he realizado junto a la preparadora Cristina Díaz, tengo esa zona incluso más fuerte que antes de ser madre”, confesaba en una entrevista en “Vogue”. El parto fue por cesárea y la recuperación, lenta. En junio de 2023 volvió a saltar. Este invierno ya hizo una marca de 14,32 metros en el Campeonato de España, en Ourense hace unas semanas. Era un primer paso, la carga de moral, porque ella es una bestia competitiva y se transforma en los grandes escenarios.
El gesto serio hasta que le dan el OK, parece hasta otra persona antes de saltar, el grito, pide aplausos, señala el foso, el objetivo; y allí se dirige, después de decir que sí con la cabeza. Es el ritual que la lleva a la gloria en un concurso muy regular. Tras la primera toma de contacto, hizo 14,67 y 14,64. Estaba contenta y conversaba con Iván Pedroso, su entrenador, para ver qué podía mejorar. Eso la situaba segunda, por detrás de LaFond, que ya había volado a 15,01 en el segundo intento y no volvió a saltar. En el cuarto, Leyanis Pérez, que había empezado con dudas, se fue hasta los 14,90, le salió por fin, y en el quinto hasta 14,79. Intentó acercarse Peleteiro, pero se quedó en esos 14,75.
Se colgó la española el bronce, la primera medalla de España en este Mundial, en una pista talismán para ella, aunque ahora la hayan reformado, pues en 2019 ganó allí el oro continental, con un salto de 14,73. Esta vez ha ido más lejos, y es que ya lo dice ella misma. “Estoy de orgullosa de haberme esforzado para volver y me siento como nunca”. En unos meses espera París.