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La Fiscalía pide 50 años de prisión para el asesino del sacristán de Algeciras

La Fiscalía de la Audiencia Nacional pide que Yassin Kanjaa, el asesino confeso del sacristán de Algeciras el 25 de enero del pasado año, sea condenado a 50 años de prisión por delitos de terrorismo, aunque considera que deba aplicársele la atenuante muy cualificada de anomalía o alteración psíquica.

En su escrito de acusación, el Ministerio Público reclama asimismo que indemnice con 150.000 euros a la viuda de Diego Valencia, sacristán de la iglesias de La Palma, y con 50.000 euros a cada uno de sus hijos, así como a los herederos del sacerdote y el ciudadano marroquí a los que también agredió por las lesiones sufridas (en su caso con 17.000 y 3.700 euros, respectivamente).

Según la Fiscalía, Yassine Kanjaa había experimentado en los meses anteriores a la agresión "un proceso de radicalización, asumiendo las tesis más rigoristas del islam, que defienden la incompatibilidad de esta religión con los principios y valores de otras religiones y la necesidad de actuar para favorecer su eliminación y la de los musulmanes que no siguen los preceptos de su religión".

El acusado "eligió los lugares de su acción", dos templos de la iglesia católica, y agredió al sacerdote y al sacristán de dos iglesias de Algeciras "con la intención de ocasionarles la muerte" y de "aterrorizar a los cristianos". Kanjaa también agredió a una tercera persona "por ser considerado un musulmán converso".

En el momento de cometer los hechos, señala la Fiscalía, "presentaba un cuadro psicótico que cursa delirios, de probable filiación esquizofrénica", una descompensación psicótica aguda "que afectaría muy severamente a sus capacidades volitivas e intelectivas", aunque estas "no estaban totalmente anuladas por su enfermedad". En todo caso, el Ministerio Público estima que debe aplicársele la circunstancia atenuante muy cualificada de "anomalía o alteración psíquica".

El relato de hechos de la Fiscalía recoge que el día 25 de enero de 2023, Yassine Kanjaa -quien tenía abierto un expediente de expulsión tras haber entrado de forma irregular en España- entró a las seis y media de la tarde en la iglesia de San Isidro de Algeciras, donde "increpó a una persona" diciéndole: "¿Por qué crees en una escayola?" mientras señalaba una imagen de la Virgen. Después, cogió una Biblia y la golpeó contra un banco.

"El mundo se va a acabar"

Salió del templo gritando "El mundo se va a acabar" y "Allah" y regresó a su domicilio, donde apagó su teléfono móvil y cogió un machete de grandes dimensiones que guardaba bajo la cama. Sobre las siete, se cruzó con A. L., al que acometió por la espalda, a quien golpeó repetidas veces mientras le gritaba: "Tu trabajas para la magia". Al mostrarle el machete que llevaba bajo la ropas, A.L. huyó del lugar.

Un cuarto de hora después, Yassine Kanja regresó a la iglesia de San Isidro, donde se estaba celebrando misa, y entró "blandiendo el machete". En el templo había entonces unas diez personas. Al dirigirse al altar, el sacerdote intentó huir por el pasillo central, pero el acusado lo persiguió y golpeó, provocando que A. S. L. cayese al suelo, momento que aprovechó el supuesto yihadista para asestarle un fuerte golpe en la nuca con el machete.

A continuación, se dirigió a la iglesia de Nuestra Señora de la Palma, situada a unos doscientos metros de la anterior, donde entró a las 19:28 horas. En el patio se encontraba Diego Valencia, sacristán del templo, y se fue hacia él "y comenzó a golpearlo con el machete". El sacristán trató de protegerse con una silla y salió del patio en dirección a la Plaza Alta, "mientras Yassine lo perseguía y lo golpeaba con el arma". Valencia cayó al suelo en el centro de la plaza y el acusado "se dirigió a él y le propinó dos golpes fuertes con el machete, uno en el cuello y otro en la cabeza" que le produjeron la muerte.

Yassine Kanjaa se dirigió entonces hacia el Santuario Nuestra Señora de Europa, situado en la misma Plaza Alta, y golpeó reiteradamente la puerta, que se encontraba cerrada. Después continuó, blandiendo el machete, hasta el denominado "Mirador del Muro", donde dejó el arma blanca en el suelo y se arrodilló, momento que aprovecharon los agentes de la Policía Local de Algecitas, que habían acudido alertados por testigos presenciales, para detenerlo.

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