World News in Spanish

Cheikh Sarr, seis años en España con el racismo a cuestas: «Siempre lo consideró anecdótico»

Cheikh Kane Sarr (Dakar, 2000) llegó a España hace seis años, recién cumplida la mayoría de edad y con el rostro aún imberbe. Como tantos otros futbolistas africanos, no dudó en ir a Europa en busca de El Dorado. Desde entonces, su irregular trayectoria le había alcanzando para llegar hasta la Primera RFEF, la tercera categoría del fútbol español. Aún lejos de los grandes contratos y de los focos. Estos últimos, sin embargo, le llegaron de golpe y sin querer después de convertirse en el protagonista indiscutible del fin de semana deportivo. Su reacción a los insultos racistas recibidos en el estadio Las Llanas de Sestao tuvo un alcance mundial. Allí, el guardameta se encaró con un pequeño grupo de aficionados que seguían el partido detrás de su portería . Fue justo después de recibir un gol y de más de 80 minutos escuchando expresiones como «puto mono» y «negro de mierda». «Perdió los nervios. Llevaban todo el partido insultándole y al ir a coger una botella de agua fue cuando explotó», revela a ABC Rodrigo Fernández Lovelle, agente del jugador. Noticia Relacionada estandar No Vinicius apoya a Acuña y Quique ante los insultos racistas Orgullo de Nervión El brasileño del Real Madrid publica un mensaje en redes sociales mostrando su solidaridad con los sevillistas No es la primera vez, ni mucho menos, que Sarr tiene que enfrentarse a insultos racistas en los estadios españoles. «Y siempre lo ha considerado anecdótico, igual que a otro le pueden llamar gordo o calvo. En seis años nunca había tenido un incidente semejante por ese motivo». La insistencia en las agresiones verbales y la cercanía de los aficionados, situados a apenas dos o tres metros de la portería, fue ron los detonantes que provocaron a furia del arquero. Sarr fue expulsado por saltar la valla perimetral, abandonar del terreno de juego y agarrar a uno de los aficionados antes de ser sujetado por sus compañeros. Después de recibir la roja, también se revolvió contra el árbitro. El Rayo Majadahonda se negó a seguir jugando después de ese incidente y el partido fue suspendido. Hoy, jugador y club, se exponen a una dura sanción. En el caso del futbolista, el castigo que viene recogido en el código disciplinario de la RFEF podría dejarle sin jugar entre cuatro y doce partidos. «También te digo que es lo que menos le preocupa ahora. Sabe que lo que hizo no es lo correcto, pero tiene la conciencia limpia». La cuestión es que ni el árbitro ni sus asistentes escucharon los gritos que denuncian desde el Rayo Majadahonda. Sólo les queda confiar en la buena voluntad del juez único: «El árbitro debería haber tenido en cuenta que nadie se pone de esa manera si no hay una justificación muy grande detrás. Y si le ponen una sanción dura estarán enviando un mensaje muy peligroso». Sarr no pasó una buena noche el pasado sábado. El incidente le dejó hundido. Tampoco le han resultado fáciles los días posteriores. El revuelo que se ha formado le tiene un tanto abrumado. Ayer acudió en coche al entrenamiento matutino en los Campos Municipales de la Oliva y accedió por una puerta secundaria. Luego, ni siquiera salió al terreno de juego junto al resto de la plantilla. Se quedó en el gimnasio y después recibió la visita de la Guardia Civil, que le tomó declaración tras la denuncia presentada por su club contra los que lo insultaron. MÁS INFORMACIÓN noticia No LaLiga denuncia los insultos racistas contra Acuña y Quique en el Getafe - Sevilla noticia Si Lamine Yamal no llevaría la camiseta de Vinicius noticia No Odiadores en las gradas Sarr mide 1'94 metros y tiene un físico envidiable. Llegó al Rayo el verano pasado como jugador libre después de concluir su contrato con el Nástic de Tarragona, el club que lo trajo a España. Entre medias, vivió varias cesiones que le llevaron por buena parte de la geografía nacional: Oviedo, Castellón, Granada... En la ciudad andaluza tiene una hija pequeña a la que va a ver siempre que puede. En Majadahonda lleva una vida tranquila. Más ahora, en el Ramadán. Si sale a tomar algo es con sus compañeros de equipo. En su nuevo club ha tardado en ganarse la confianza del entrenador. No fue hasta noviembre cuando jugó sus primeros minutos. Sin embargo, en las últimas jornadas se había asentado como titular. Ha seguido siendo así después del cambio de entrenador. El Rayo, que llegó a jugar en Segunda en la temporada 2018-2019, no termina de levantar cabeza y es colista del grupo I, con sólo cuatro victorias en 29 partidos. Armando de la Morena cogió las riendas del conjunto del noroeste de Madrid justo antes del partido ante el Sestao. Tampoco fue un aterrizaje fácil para él.

Читайте на 123ru.net