La Semana Santa saca las vergüenzas del coche eléctrico tras el colapso de los puntos de recarga
La escasez de puntos de recarga, la falta de potencia de los mismos y las dificultades para poder acceder a los mismos son, cada día más, una amenaza para los propietarios de los automóviles eléctricos. Las largas esperas que se pusieron de manifiesto el fin de semana pasado coincidiendo con el fin de las vacaciones de Semana Santa, se pueden repetir en los siguientes “puentes” del 1 de mayo o del 15, festividad de San Isidro, el patrón de Madrid.
Las escenas de largas filas de usuarios de coches eléctricos esperando recarga fueron habituales el domingo pasado, especialmente en algunos puntos, como en la estación de recarga de Atalaya de Cañavate, situada a 175 kilómetros de Madrid por la Autovía A-3. Un punto donde confluyen los automovilistas que vuelven de Valencia, Murcia y Alicante, usado sobre todo por los usuarios de la marca Tesla. En dicho punto existen 10 cargadores de una potencia de 150kw. Una cantidad insuficiente si tenemos en cuenta que, según las últimas cifras de matriculaciones, aproximadamente el 5% de los coches nuevos son totalmente eléctricos.
En principio un cargador de esta potencia está preparado para recargar hasta el 80% de la batería en un espacio de media hora. Pero si están todos funcionando a la vez disminuye la potencia unitaria de cada cargador y aumenta el espacio de tiempo de recarga. Si llegan más de 20 vehículos a recargar cada hora, la espera es inevitable. Y si, como ocurrió en la vuelta de Semana Santa, el número de usuarios a recargar el domingo por la tarde de regreso a Madrid fue de casi un centenar, las horas de espera se alargaron hasta la bien entrada la noche.
Según las cifras oficiales, en el conjunto del pasado año las ventas de vehículos eléctricos puros alcanzaron la cifra de 62.843 unidades, un 72,4% más que en el año anterior, lo que representa una cuota de mercado del 5,56%. En el conjunto del parque nacional se calcula que puede haber más de 150.000 automóviles movidos solo por motor eléctrico. Para abastecer a esta demanda, la infraestructura de recarga, según las últimas cifras registradas, se eleva a 25.180 puntos de recarga de acceso público instalados en España, y adicionalmente hay 8.869 que no están prestando servicio para la recarga de vehículos eléctricos. Una cifra claramente insuficiente en picos de uso.
La falta de permisos administrativos para la instalación de nuevas estaciones de recarga, la escasa potencia instalada en muchos de los puntos en funcionamiento, la imposibilidad de poder pagar la energía por el sistema de tarjeta de crédito o la falta de una aplicación única para el pago, como ocurre en Portugal, en lugar de tener que descargarse varias app en el móvil según sea el operador son algunos de los graves problema con los que se enfrenta el desarrollo de la movilidad eléctrica en España.