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Anthony Edwards, el niño al que el cáncer empujó a ser una estrella de la NBA

El pasado lunes, los Minnesota Timberwolves escribieron una nueva hoja en la historia de la NBA . Los chicos del páramo helado, ese que tan bien presentaron los hermanos Cohen en su divertidísima obra maestra 'Fargo', barrieron el faraónico proyecto de los Phoenix Suns y ganaron su primera eliminatoria en 20 años. Pese a que la felicidad era absoluta, la plantilla demostró que es más que un grupo de atletas, una familia más bien. En el cuarto y decisivo partido, a falta de poco menos de dos minutos para el final y con los de Minneapolis cuatro arriba en el marcador, su base Mike Conley , que evitaba que un balón saliese de banda, arrolló a su propio entrenador Chris Finch . El técnico sufrió un golpe muy duro y tuvo que retirarse al vestuario, para luego confirmarse que se había desgarrado la rótula derecha. La lesión le obligaba a operarse con cierta urgencia, pero el estadounidense aguantó en el vestuario hasta que sus pupilos fueron en su búsqueda con amplias sonrisas, pues habían ganado el duelo y la eliminatoria. El corro que formaron los jugadores alrededor de Finch, pulcro y emotivo, hubiese sido la imagen de la noche si no fuese porque allí estaba Anthony Edwards (Atlanta, 22 años), autor de 40 puntos, 31 de ellos en la segunda mitad, en una noche estratosférica, indefendible el escolta, que acabó con las estrellas de los Suns, incluido el doble campeón Kevin Durant , absolutamente postradas a sus pies. «Es mi jugador favorito de toda la NBA. Muestra amor por el baloncesto en cada jugada y solo tiene 22 años», aseguró el alero. Y ese amor de Edwards del que habla Durant tiene, sin embargo, un trágico origen. Cuando solo tenía 14 años, en 2015, ya golpeado el joven estadounidense por una infancia pobre y violenta en los guetos del estado de Georgia, vio cómo su madre Yvette y su abuela Shirley morían a causa del cáncer en un lapso de solo ocho meses. Además, ambas se fueron el día cinco, de enero y agosto respectivamente, y por eso Edwards, desde el colegio, siempre ha llevado ese número como dorsal. «Perder a mi madre fue realmente difícil, solía dormir mucho con ella. Y mi abuela… ella era nuestra columna vertebral, hizo todo por nosotros. Cuando no teníamos dinero para la luz y para pagar las facturas, ella venía. Trabajaba en una oficina de correos, así que siempre tenía dinero», reconoció en una entrevista en 2020, poco antes de debutar en la NBA. Noticia Relacionada Baloncesto estandar No Un Barça ridículo cae en Grecia y el Palau dictará semifinalista Pablo Lodeiro Los azulgranas son arrasados por el Olympiacos (92-58) y solo les vale ganar en el quinto partido para evitar la eliminación De hecho, durante la noche del draft, cuando las jóvenes estrellas universitarias son seleccionadas por las franquicias, y normalmente están acompañadas por familiares y amigos, Edwards estuvo rodeado de dos retratos, uno de su madre y otro de su abuela. Aquellas que siempre le llevaban a los partidos de fútbol americano en su infancia, pues era el verde y no el parquet su auténtica pasión y sus entrenadores le auguraban ya desde las diez primaveras un futuro profesional. «No me acaba de encantar el baloncesto. Está en mi corazón, pero el futbol americano es donde empecé. Prefiero ver un partido de la NFL que uno de la NBA. Que no se malinterprete, el baloncesto es mi prioridad. Pero lo veo como un trabajo, aunque me gusta mi trabajo», llegó a asegurar. Pero de eso hace mucho y Edwards, por derecho propio, ya es considerado como uno de los mejores jugadores de la NBA. Esta campaña promedia 26 puntos por noche, tiene un contrato de 260 millones de dólares e incluso fue elegido como antagonista de la película 'Garra', protagonizada por el internacional español Juancho Hernangómez . Su hermano Antony y su hermana Antoine , ambos mayores, le arroparon y le empujaron al baloncesto, donde pronto recibió el apodo de 'Ant-man', el hombre hormiga, pequeño pero con una fuerza descomunal. Tras brillar en la universidad de su estado natal y ser fichado por los Timberwolves , ha devuelto la ilusión a un equipo que se había olvidado lo que era competir por el título. Ahora, a Edwards y sus compañeros les llega una prueba inmensa. En los cuartos de final, desde este sábado, se medirán contra los temibles Denver Nuggets de Nikola Jokic , actuales campeones y que vienen de destrozar a los Lakers de LeBron James . Pero parece que no hay prueba lo suficientemente difícil para un niño que se sobrepuso a la pérdida con tan solo 14 años.

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