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Tres claves para entender el cese del ministro de Defensa de Putin: un castigo, una venganza y una sorpresa

Tres claves para entender el cese del ministro de Defensa de Putin: un castigo, una venganza y una sorpresa

Putin sorprende colocando a un civil al frente de la guerra de Ucrania justo en el momento en el que la invasión entra en una de sus fases más decisivas

La destitución del ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, por parte de Vladimir Putin es una sorpresa relativa. Al menos, lo es en el momento en el que se ha producido. Para entenderla se puede interpretar en tres claves:

1. Un castigo por una guerra que no avanza

La cabeza de Shoigú tenía un precio desde hace mucho tiempo. Los temidos "halcones" del Kremlin llevaban muchos meses presionando al "zar del Kremlin" para que le destituyese por los malos resultados de la invasión de Ucrania, que lleva más de dos años empantanada sin apenas avances.

Lo paradójico es que el momento actual es el mejor de Rusia en las últimas semanas, con tímidos avances sobre el terreno que no se habían producido en los meses anteriores.

Uno de sus enemigos más acérrimos era el fallecido fundador de Wagner, Yevgueni Prigozhin, quien el año pasado acusó en varias ocasiones a Shoigú de negligencia y demandó públicamente su destitución. La paradoja fue que el supuesto aliado de Putin se convirtió en su mayor enemigo hasta el punto de morir al estrellarse su

avión, un accidente con la mano negra nunca admitida del Kremlin.

2. Una venganza... en diferido

Lo ocurrido con el líder de Wagner sirve para explicar la segunda de las claves de esta destitución, que se puede interpretar como una venganza... en diferido.

La pérdida de confianza de Putin en su ministro de Defensa, el puesto más importante en tiempos de guerra, era asumida por los expertos en inteligencia, pero el hecho de quien pidiera su cabeza, Prigozhin, se conviertiera precisamente en el principal enemigo de Putin con su rebelión del pasado verano supuso un balónde oxígeno para Shoigú.

Estos meses el titular de Defensa ha recibido una segunda oportunidad por parte de Putin que, a la vista de los acontecimientos, no ha sido suficiente.

3. Y la sorpresa: un civil en lugar de un militar

La tecera clave de este movimiento palaciego hay que buscarla en el perfil del elegido para pilotar la guerra, el ex vice primer ministro Andréi Beloúsov, un tecnócrata experto en asuntos económicos con buen cartel por su gestión al frente del Ministerio de Desarrollo Económico de Rusia.

Beloúsov, de 65 años, que se encuentra bajo sanciones internacionales por la guerra en Ucrania desde junio de 2022, es quien deberá tomar ahora las decisiones más importantes para el presente y el futuro sde Rusia, en un movimiento que no había sido vaticinado.

Una pista puede estar en la explicación que ha dado el portavoz de Putin, Dmitri Peskov: "Hoy en día, en el campo de batalla gana el que está más abierto a la innovación, más abierto a la implementación (de novedades) lo más rápido posible. Por eso en la etapa actual el presidente decidió que el Ministerio de Defensa debería estar encabezado por un civil".

Con una sola excepción, Putin ha elegido a militares de alto rango para el Ministerio de Defensa. Optar por un civil precisamente en este momento es sin duda un movimiento inesperado.

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