Acusan a una atleta trans de abuso sexual a una compañera de 15 años: "Chúpame... Te la voy a meter..."
La “graves consecuencias” que la ley trans tiene sobre las mujeres y, en concreto, el mazazo que supone la participación de atletas trans para el deporte femenino se ha convertido en una de las grandes batallas del feminismo durante los últimos años. Un debate que se vio amplificado por el caso “Lia Thomas”, una nadadora transgénero de 25 años, que ha generó un gran escándalo tras batir todos los récords de mujeres en la Universidad de Pensilvania (Penn).
Tras este escándalo no hay semana en la que no nos encontremos con una nueva denuncia en cualquier disciplina sobre los logros de atletas trans en competiciones masculinas. A principios del mes de mayo, el nombre de Becky Pepper-Jackson se volvió viral después de cinco niñas se negarán a competir con la atleta trans en una competición de lanzamiento de peso. Un plante por el que las jóvenes fueron apartadas para futuras competiciones.
El caso lo destapó Riley Gaines, ex nadadora All-American y activista de la defensa del deporte femenino. Gaines publicó en X el vídeo en el que se veía a las cinco atletas del equipo de atletismo femenino de la Bridgeport Middle School saliendo de la pista tras negarse a participar. En la grabación se ve como las chicas suben con la bola y se colocan en el círculo de tiro, pero ninguna lanza, todas se salen y abandonan la prueba. Según una de las chicas que se negó a participar, la atleta transgénero ganó la prueba de lanzamiento de peso durante el Campeonato.
La exclusión de estas atletas de de futuras competiciones llevó incluso al Fiscal General de Virginia Occidental, Patrick Morrisey, a presentar una demanda contra la Junta de Educación del Condado de Harrison en nombre de las estudiantes y a solicitar a la Corte Suprema que se pronuncie sobre las prohibiciones de estudiantes-atletas trans.
Pero las acusaciones contra Pepper-Jackson van más allá de sus superioridad en la pista y han dado un escandaloso giro al caso.
Graves acusaciones de abuso
Una corredora del instituto de Bridgeport, Virginia Occidental, se ha sumado a una demanda judicial contra la inclusión de varones que se dicen trans en los deportes femeninos. La estudiante, Adaleia Cross, identificada en la declaración como “A.C.”, alega que su compañero del equipo de atletismo Becky Pepper-Jackson, que dice identificarse como chica, hizo varios comentarios sexualmente abusivos y vulgares sobre ella, lo que le causó una “profunda angustia”.
Según una declaración de la joven de 15 años añadida como prueba a la demanda, Pepper-Jackson, de 13 años e identificado como B.P.J., hizo “varios comentarios sexuales ofensivos e inapropiados” hacia Cross. El acoso se intensificó, dijo, durante su último año de secundaria, cuando “los comentarios se volvieron mucho más agresivos, viles y perturbadores”.
La demanda alega que Pepper-Jackson le decía “chúpame la polla” tanto a la denunciante como a otras chicas del equipo. “A finales de ese curso, unas dos o tres veces por semana, B.P.J. me miraba y me decía ‘chúpame la polla’. Normalmente había otras chicas alrededor que lo oían. También escuché a B.P.J. decir lo mismo a mis otras compañeras de equipo”, cuenta Cross.
“B.P.J. hizo otros comentarios sexuales más explícitos que me parecieron amenazadores. A veces, B.P.J. me decía en voz baja: ‘Voy a meterte la polla en el coño’. Y B.P.J. a veces añadía también “y en el culo”. Estos comentarios eran perturbadores y me causaron una profunda angustia”.
Los abusos sexuales tuvieron lugar cuando Pepper-Jackson compartía vestuario con las adolescentes, así como durante los entrenamientos de atletismo, dijo Cross. Los comentarios hicieron que la niña se sintiera “confundida y asqueada”, explicó, “especialmente confundida, porque me dijeron que B.P.J. estaba en el equipo femenino porque B.P.J. se identificaba como niña, pero las chicas del equipo nunca hablaban así”.
Preocupada, Cross se quejó de los comentarios sexuales a su entrenador de atletismo y a los administradores de la escuela. Sin embargo, “nada cambió”, dijo, y Pepper-Jackson “recibió muy poco o ningún castigo” por decir cosas por las que otros estudiantes serían sancionados.
Cross también expresó su preocupación por las compañeras de Pepper-Jackson, diciendo que su presencia en el vestuario de niñas de 12 y 13 años podría disuadirlas de practicar deportes.
Tras las quejas de el fiscal general de Virginia Occidental, Patrick Morrisey y después de presentar su apoyo en una demanda legal de libertad de expresión, se revocó la prohibición de que las niñas participaran en deportes pero, tas estas nuevas denuncias, la polémica continúa.